LOS ANGELES.- ¿Será suficiente el fichaje de Howard y Nash para ser campeones en junio? Difícil de contestar ahora mismo.
Los Angeles Lakers cerraron la pretemporada el jueves con su octava derrota consecutiva, ante Sacramento Kings (94-82) y acabaron con un desconcertante record de 0-8 en los partidos de preparación, algo que ningún aficionado de los Lakers podría haber imaginado después de la llegada al equipo de dos jugadores que deben marcar la diferencia, el base Steve Nash y el pívot Dwight Howard.
Pero la ilusión de los seguidores angelinos parece haber caído por tierra ni tan siquiera antes de empezar la competición oficial. A medida que han ido acumulando derrotas, el discurso oficial de la franquicia es que “no hay que preocuparse”.
Atribuyen la debacle a las lesiones que han acompañado a dos de sus estrellas, Kobe Bryant y Dwight Howard, que apenas han permitido ver en acción al quinteto titular de los angelinos. De hecho, Howard, recuperándose de una lesión en la espalda, tan sólo ha jugado dos partidos mientras que Bryant se ha perdido los dos últimos y además es duda para el debut ante Dallas del próximo martes.
La otra estrella recién llegada, Steve Nash, tampoco ha tenido mucho tiempo para adaptarse a sus nuevos compañeros ni al nuevo sistema de juego ofensivo establecido por Eddie Jordan, uno de los ayudantes de Mike Brown. Ante tanta improvisación, ni tan sólo Pau Gasol ha logrado aportar liderazgo y estabilidad al grupo por lo que perder los ocho encuentros consecutivos parece más la consecuencia de todos los problemas para trabajar como equipo.
“Las posibilidades reales del equipo habrá que empezar a valorarlas cuando llevemos media temporada”, soltó Howard, que incluso no tuvo problemas en anunciar en una entrevista radiofónica que su primera opción era jugar en los Brooklyn Nets, pero que Orlando no le dejó.
“Debemos conocernos y ajustar el equipo. El resto llegará con naturalidad”, trata de justificar el técnico, Mike Brown, que no ha encontrado remedio a tantas altas y bajas entre sus estrellas.
De hecho, su trabajo ha sido empezar a asimilar los nuevos sistemas ofensivos de su ayudante, Eddie Jordan, que ha introducido el sistema ofensivo de Princenton, que se caracteriza por la movilidad que deben realizar todos los jugadores en la pista, el uso de constantes puertas atrás y constantes líneas de pase abiertas para todos los jugadores. Con Steve Nash dirigiendo operaciones, los Lakers quieren sacarle el máximo partido al ataque de los `amarillos¿, aunque todo llevará un tiempo de adaptación.
