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domingo, 28 de octubre de 2012

¡Gracias, Sr. Presidente!

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POR EMILIANO PEREZ ESPINOSA
Articulo enviado a Ecos del Sur

 El concepto de Estado-Nación concebido por Platón, Aristóteles, Thomas Hobbes y Rousseau, entre otros grandes pensadores, se ha transformado en la práctica de manera muy rápida y vertiginosa en los últimos 50 años. Esa transformación ha significado evolución y desarrollo.

Varios son los factores que han marcado con agudeza dicha transformación: el desarrollo del capitalismo y el papel del mercado, la Segunda Guerra Mundial, la fundación de las Naciones Unidas, la masificación de la comunicación instantánea y el proceso de fuga de recursos humanos, sean estos cerebros y/o mano de obra calificada, de los países pequeños en vías de desarrollo hacia las grandes capitales y/o metrópolis.

En el caso dominicano es importante destacar que la transformación más importante de nuestro Estado-Nación ha sido la aparición de la diáspora criolla en los Estados Unidos y Europa, la cual, según la mayoría de le los organismos internacionales, está constituida por más de un millón de seres humanos.

Estas mismas instituciones afirman que otro fenómeno es el volumen de remesas que envía esa diáspora cada año a la República Dominicana y que ascienden a más de 3,000 millones de dólares, sin incluir la gran cantidad de alimentos crudos que se envían de puerta a puerta, vehículos, medicinas ni los objetos que llevamos cada año cuando viajamos a la tierra que nos vio nacer. A partir de esa premisa, podríamos redondear la cifra y decir que enviamos unos 4,000 millones de dólares anuales.

Las instituciones antes mencionadas también han certificado que el Producto Interno Bruto (PIB) de la República Dominicana al día de hoy es +/- 50,000 millones de dólares y que el presupuesto de la nación para el 2013 (el pastel) ascenderá a unos 10,000 millones de dólares, que al 46x1 serán unos 460,000 millones de pesos.

Si hacemos el ejercicio de comparar las remesas que la diáspora envía anualmente con el Producto Interno Bruto (PIB) de la República Dominicana, en términos porcentuales, nos daríamos cuenta que nuestros envío$ representan el 8% del Producto Interno Bruto (PIB). Pero, si comparamos la población dominicana en el exterior, también en términos porcentuales, notaríamos que somos el 10% de la población y que residimos fuera del país, lo que implica un ahorro en alimentación, gastos médicos, transporte y viviendas para el Estado dominicano.

Visto y analizado todo lo anterior, nos preguntamos ¿qué por ciento del presupuesto (El Pastel) se invierte en la diáspora?, ¿cuáles instituciones de servicios del Estado dominicano tiene la diáspora a su disposición?, ¿cuáles ministerios le dan servicios a la diáspora?, ¿qué planes tiene el Estado para con los hijos de los inmigrantes dominicanos nacidos en el exterior (dominicanamericans de primera generación)? y, por último, ¿está la diáspora contemplada en la Estrategia Nacional del Desarrollo (END)?

Intentaré dar algunas respuestas: No estamos contemplados en la Estrategia Nacional de Desarrollo (END), el Estado invierte en los consulados de Nueva York, Boston, Miami, Madrid y otras ciudades y/o estados grandes. También invierte en la organización de las elecciones presidenciales y congresuales cada cuatro años en el exterior, tiene una misión diplomática en Nueva York ante la ONU y otra en Washington para las relaciones bilaterales. Además, existe la Casa de la Cultura Dominicana en Nueva York y un Consejo Consultivo, que no sé cuántos años más tendrá que estar consultando.

Si observamos, las únicas instituciones que tiene el Estado para asistir a la diáspora son sus consulados rentados, donde hay que pagar por los servicios; la JCE, a la que también tenemos que pagar por las cédulas; la Casa de la Cultura, que tiene problemas económicos de manera consistente y permanente, y los consejos consultivos, que no entiendo qué es lo que consultan.

Entonces podríamos concluir que para la diáspora, que aporta el 8% del PIB y que representa el 10% de la población dominicana, solo funcionan el Ministerio del Servicio Exterior y el de Cultura en Nueva York.

Basado en todo lo anterior, es que deseo darle las gracias al compañero, amigo y presidente, Danilo Medina, por haber tomado la firme decisión de crear, próximamente, el Instituto del Dominicano en el Exterior, del cual espero, en un tiempo no muy lejano, se convierta en el Ministerio del Dominicano en el Exterior, que dará respuestas positivas a las interrogantes anteriores y a otras que surjan en el devenir del tiempo.

Por otro lado, y para concluir, me gustaría también felicitar al Mandatario por modificar la Ley de Envío de Vehículos y Mudanzas, así como por tener en su carpeta la transformación del servicio exterior dominicano, y con ello, los consulados, los cuales, en lo adelante, además de vender sus servicios habituales y tradicionales, iniciarían otros servicios importantes, acorde con las transformaciones de los nuevos tiempos, como la orientación activa y ayuda a la comunidad de manera directa y participativa en temas tan importantes como la educación, problemas legales, de salud, de educación y su empoderamiento político y social.

! Por fin la diáspora se comerá un pedacito del pastel!

¡Gracias, señor Presidente!