POR JOSE DOLORES MATEO. Para Ecos del Sur.
Al arribar a los 40 años de su fundación, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) se apresta a celebrar su VIII congreso ordinario, el cual lo ha dedicado a la memoria del doctor Norge Botello, extinto dirigente del Comité Político y miembro fundador de esa organización política.
Con la celebración de este evento, el PLD procura discutir quince ejes temáticos con miras a evaluar la plataforma estructural orgánica y de acción del partido morado, así como la renovación de sus autoridades municipales y provinciales a nivel nacional.
A finales de la década de los años 90, el Partido culminó con la última etapa de formación política de sus miembros a través de los Círculos de Estudios, constituidos en Comité de Base (CB), donde cientos de peledeístas de todo el país, tuvimos la oportunidad de obtener la categoría de miembro.
Desde la apertura y masificación del PLD, tras la celebración del VI Congreso Profesor Juan Bosch en el año 2001, la organización morada ha aumentado su membrecía de 34 mil a algo más de 2.6 millones de afiliados, lo que le ha permitido alzarse con la victoria en los últimos cinco certámenes electorales.
Sin embargo, esta apertura y masificación se llevó, de paso, la formación política de sus miembros en desmedro de la disciplina partidaria, la adopción de los métodos de trabajo y la doctrina bochista que hacía marcar la diferencia en el sentimiento patriótico y socio-conductual entre un peledeísta y otro miembro de un partido cualquiera.
Ante esta realidad, y aprovechando la celebración del VIII Congreso Comandante Norge Botello, nos suscribimos a los que sugieren que, como punto de partida, este evento de renovación estructural del Partido sirva para instituir que para un miembro poder optar por la dirección de un Comité Intermedio, Dirección Municipal o Provincial debe, como condición sine qua non, haber sido formado en uno de los otrora Comités de Bases y en circunstancias posteriores, ser sometido a un programa de formación política.
Así y sólo así, habría la posibilidad de retomar la añorada calidad organizativa del Partido, tal y como soñó, diseñó y forjó su líder, mentor y guía, profesor Juan Bosch y Gaviño.