POR LEONARDO PLATA
Artículo enviado a Ecos del Sur
Me siento en la obligación de empezar este artículo con este verso, de nuestro glorioso Himno Nacional, el cual reza: “Más Quisqueya la indómita y brava, siempre altiva su frente alzará; que si fuere mil veces esclava. Otras tantas ser libre sabrá”.
Este 25 de Septiembre, se conmemora el 50 aniversario del fatídico y cobarde acción de una minoría de dominicanos que sólo les interesaba garantizar sus intereses por encima de la democracia, de la libertad del pueblo dominicano, que tanto anhela vivir en democracia, con justicia social y en libertad.
Me refiero al golpe de estado del 25 de Septiembre del 1963, que trucó, y cercenó las aspiraciones de una nación que había sufrido los horrores de una de las dictaduras más sangrientas y despeada como la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo.
El pueblo dominicano, debe recordar, tener siempre la memoria histórica, para que este tipo de acción cobarde y vil jamás se vuelva a producir en la patria de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, Caamaño, y de tantos hombres y mujeres que dieron todo, hasta sus vidas, para que la enseñe tricolor siga ondeando en lo más alto del infinito.
Ese golpe de estado, tronchó el camino de la democracia, de la libertad, y la justicia social, que el presidente Juan Bosch, nos había iniciado con la puesta en vigencia de la constitución del 1963, una de las constituciones más avanzada de la época, donde recogía las verdaderas garantías de los derechos fundamentales de los dominicanos y dominicanas, ampliamente democrática, donde afloró la liberta de expresión, de culto, la libertad sindical, entre otros puntos luminoso y transcendentales para el desarrollo democrático de la República Dominicana.
Unas de la razones que resultaron determinante para el golpe de estado, es que la oligarquía, la Iglesia y los militares gorilas, comenzaron a sentirse amenazados por el apoyo de las masas populares al gobierno y las inminentes reformas que amenazaba esas estructuras criminales y corruptas que siempre han existido, tanto en la iglesia católica como en los altos mandos militares.
Este 25 de Septiembre, se conmemora el 50 aniversario del fatídico y cobarde acción de una minoría de dominicanos que sólo les interesaba garantizar sus intereses por encima de la democracia, de la libertad del pueblo dominicano, que tanto anhela vivir en democracia, con justicia social y en libertad.
Me refiero al golpe de estado del 25 de Septiembre del 1963, que trucó, y cercenó las aspiraciones de una nación que había sufrido los horrores de una de las dictaduras más sangrientas y despeada como la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo.
El pueblo dominicano, debe recordar, tener siempre la memoria histórica, para que este tipo de acción cobarde y vil jamás se vuelva a producir en la patria de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, Caamaño, y de tantos hombres y mujeres que dieron todo, hasta sus vidas, para que la enseñe tricolor siga ondeando en lo más alto del infinito.
Ese golpe de estado, tronchó el camino de la democracia, de la libertad, y la justicia social, que el presidente Juan Bosch, nos había iniciado con la puesta en vigencia de la constitución del 1963, una de las constituciones más avanzada de la época, donde recogía las verdaderas garantías de los derechos fundamentales de los dominicanos y dominicanas, ampliamente democrática, donde afloró la liberta de expresión, de culto, la libertad sindical, entre otros puntos luminoso y transcendentales para el desarrollo democrático de la República Dominicana.
Unas de la razones que resultaron determinante para el golpe de estado, es que la oligarquía, la Iglesia y los militares gorilas, comenzaron a sentirse amenazados por el apoyo de las masas populares al gobierno y las inminentes reformas que amenazaba esas estructuras criminales y corruptas que siempre han existido, tanto en la iglesia católica como en los altos mandos militares.
Pero Dios sabes como haces sus cosas, el golpe de estado, sacudió la conciencia nacional, estremeció los cimientos y levanto la dignidad y el patriotismo de los dominicanos y dominicanas, que salieron a las calles armadas de valor, patriotismo a defender la democracia, a exigir el retorno del profesor Bosch al poder. Lo que comenzó como una lucha entre bandos dominicanos, se convirtió en guerra patria.
Ningún pueblo de América y cuidado del mundo, exhibió tanto patriotismo, tanta dignidad, que con voluntad y arrojo defendieron el suelo patrio de Quisqueya; lo que causó admiración en el mundo entero, como lo hizo uno de los hombre más grande es de Latinoamérica y el mundo, el Doctor Fidel Castro Ruz, cuando dijo: “Que valiente son los hombre y mujeres de la República Dominicana, que con valor, patriotismo y dignidad, supieron defender su patria, su libertad, yo con hombres y mujeres de ese estirpe, le marcho a los Estados Unidos”.
¡Que viva la República Dominicana!, que viva la democracia, la libertad como estado natural de los pueblos, que Vivian los hombres y mujeres que lo han dado todo por esta patria, gloria eterna y respeto a sus memorias”.