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sábado, 25 de enero de 2014

OPINION: In memóriam a Duarte.

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POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.
Para ECOS DEL SUR.

Justo es recordar siempre y en fechas especiales, con más detalles, el nacimiento de un ser humano, de carne y huesos como cada uno de nosotros, pero con una consciencia y coherencia entre sus pensamientos y acción, que  marcan la diferencia entre él y la inmensa mayoría de sus conciudadanos de ayer y de hoy.

Han pasado 201 años, a contar al día de mañana 26 de enero 2014 del nacimiento del ilustre patriota, en el discurrir de esos años, la proporción entre los nacimientos de hombres de esas dimensiones y los demás se hace al parecer cada día más ínfima, pero por suerte entre los dominicanos podemos contar entre ellos, figuras de las dimensiones de Mella, Sánchez, Luperón, Caamaño y otros muchos más, que con gran trascendencia o no, en su hoja de servicios imitan esta estirpe.

"Se justo lo primero, si queréis ser felices, pues ese es el primer deber del hombre", "Nunca me fue tan necesario  tener salud corazón y juicio, ya que hombres sin corazón y sin juicio conspiran contra la salud de su patria", son de las lecturas y enseñanzas que recuerdo de cuando en la educación en que me correspondió vivir, existía la materia "moral y cívica", lo escuchaba de mis padres, a pesar de que ellos legaron a niveles de escolaridad tan sencillos como el de mi padre llegó a el cuarto curso y mi madre a sexto.

Nos llegan a la memoria, cuando vemos el patrimonio de la patria, y por tanto de todos, dilapidados y saqueados por gobernantes que lejos de poder alegar ignorancia de estos valores, que han tenido los mayores privilegios educacionales para conocer lo dicho, han accionado de manera inversa a los pensamientos Duartianos, recordar el inefable contrato del 97-3 de oro contra el estado, recordar la compra y destrucción de partidos y figuras para retener y ostentar el control del estado Dominicano, ver como por negligencia o intereses extraños el lago Enriquillo crece de manera criminal, no por efectos puramente naturales, si no que por el descuido y propósito,  una obra que hizo el sátrapa de los 31 años,  desvió casi totalmente las aguas del río Yaque del Sur, el río  San Juan, las presas y sus afluentes, del destino natural, que era la Bahía de Neiba, hacia el lago Enriquillo, nos obliga a pensar más en Duarte.

Recordar a Juan Pablo Duarte y Diez a sus 201 años de su nacimiento, en etapas de gobiernos, en que tan solo uno de ellos, a pesar del descuido y desmantelamiento educacional como el que tratamos de narrar, toma más de dos mil millones de pesos Dominicanos  para construirle  a un país vecino una universidad para la cual ni con electricidad cuentan, que no nos lo agradece como ciudadanos o nación, y que a lo mejor ellos como política oficial le inculcan a sus conciudadanos valores patrios mayores que los que a los nuestros se le insufla.