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miércoles, 19 de marzo de 2014

OPINION: El inolvidable 19 de marzo 1844

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 POR JOSE A. MATOS

Con desproporción, en cuanto al número de tropas, las fuerzas dominicanas encabezadas por un futuro traidor, Pedro Santana, jefe de la parte sur, enfrentaron las haitianas en Azua de Compostela, convirtiéndose esta batalla, en el primer gran triunfo dominicano.

Los haitianos, que en decisión  de su presidente, Charles Gerard Ainè, enviaron un ejercito de 30, 000 hombres, distribuidos  en tres de a 10,000 cada frente, uno enviado a tomar nuestro territorio, por el norte, específicamente, las ciudades de Puerto Plata y Santiago, el segundo, comandado por el propio Herard, con 10,000 también, en propósito de tomar San Juan de la Maguana y Azua, el tercero, con instrucción de tomar a Neiba, encabezado por Souffrand.

La batalla del 19 de marzo 1844 se produjo con el encontronazo en Azua, de las tropas dirigidas por Pedro Santana y las dirigidas por el presidente Haitiano, Charles Herard Ainè, siendo destacado por su valor estrategia e inteligencia, el patriota Antonio Duvergè.

Una verdadera inteligencia y estrategia  colectiva acompañó a los dominicanos para lograr esas victorias, amen del sacrificio humano, que llego a ser llamado, con el ataque en la cabeza de las marías a las tropas Haitianas encabezadas por Broum, el baño o bautismo de sangre en la Fuente del Rodeo, con eminentes resultados para los dominicano, que interrumpieron totalmente los planes de Ainè, de aplastar en Azua.

El presidente Charle Herard Ainè, que había concebido el plan de juntar las tropas, encontró el obstáculo del enfrentamiento de las tropas encabezadas por Souffrand en el Paso de la Hicotea por las Dominicanas encabezadas por Manuel Mora, al igual que las de Herald al pasar por los Jobillos, persiguiendo a Luis Álvarez, fueron atacadas por el general dominicano Lucas Díaz en el Paso de la Jura.

Las tropas Dominicanas que consistían en 2500 hombres, distribuidos en puntos estratégicos, una parte, en el Camino del Barro, con la fusilaría Azuana, comandada por el recién ascendido capitán Vicente Noble, en la loma de Resoli 200 hombres al mando de Nicolás Mañòn, en el centro de la villa se encontraban dos cañones, uno manejado por Francisco Soñé y el otro por José del Carmen García, camino a los conucos y Las Clavellinas había una fuerza de artillería, comandadas por Matías de Vargas, José Leger y Federico Martínez.

Es sorprendente la capacidad patriótica del pueblo dominicano, lo hemos visto en todo momento de la historia dominicana, a pesar de la degradación y arrepentimiento en los valores patrios y democráticos de malos dominicanos como Pedro Santana, lo vimos con el levantamiento patrio del año 1965, encabezado por los insignes coroneles Fernández Domínguez, y Caamaño Deñò
Y la veremos en breve, si malos dominicanos osan entregar a extranjeros ni a nadie, la depredación de nuestro territorio, en el orden que sea. Particularmente, quien suscribe, alberga la esperanza de que en la actualidad no se de, por tener los Dominicanos un presidente con valores patrios, dotado de una inteligencia positiva.