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viernes, 28 de marzo de 2014

OPINION: Pensionados y jubilados, condenados por el Estado.

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POR FELIX BETANCES
Para ECOS DEL SUR.

Desde siempre, fue el más preciado deseo de cualquier empleado público y/o privado, llegar a completar un período de trabajo o labores en cualquier institución ya sea pública o privada, que al final le garantizara una pensión principalmente por el concepto de “jubilación”.

Fue esta quizás  una de las principales motivaciones que se esgrimían frente a los y las servidores y servidoras públicos, a fin de que con un ejercicio de entrega y honestidad entre otras cualidades, pudieran exhibirse como un estandarte o bandera, que les permitiera a la vez ser visto con orgullo, ante sus familias y por qué no, ante el País.

Todo esto se ha revertido, dejando de ser un orgullo el poder decir:”me siento satisfecho de haber servido a mi país y como pensionado vivo con holgura junto a mi familia a la cual también he podido encaminar por los senderos del progreso a través de mi esfuerzo.”

Y para colmo de males, vemos como el Estado hace reconocimientos entre comillas, a los servidores públicos merecedores de mejor suerte, hasta haciéndoles entrega de una llamada “Medalla al Merito del Servidor Público”, lo cual se convierte en un simple ejercicio de propaganda sin expectativas.  Se les entrega una pequeña medalla al servidor y se dicen algunas palabras las cuales al momento se las lleva el viento, mientras al individuo se le retira con el mísero sueldo que devengue al momento de su retiro.

Al poner en retiro o pensionar a un servidor público, debería tomarse en cuenta sus méritos por servicios y otorgarle el sueldo de su cargo superior, pero aun vamos más lejos, también deberían tomarse en cuenta otros beneficios colaterales.

Los servidores públicos al ser retirados o pensionados por el Estado, después de haber dado los mejores años de sus vidas, tienen que irse a sus casas, en la mayoría de los casos, enfermos y con un Seguro Médico que da vergüenza, vueltos  guiñapos y sin casas entre otras carencias y a veces con deudas que nunca terminan de pagar.

En adición a toda esta desgracia perpetua, a la que son condenados los servidores públicos ya en disfrute de sus pensiones, vemos como los indolentes gobiernos que hemos tenido a través de la historia, los  han condenado al abandono, tratándolos con total indiferencia de manera tal que pudiera decirse que hasta con cierto desprecio. ¿De qué sirvió haber sido un buen servidor público?.

Además de la miseria que reciben la mayoría de los pensionados del Estado con honrosas excepciones de privilegiados políticos, con ingresos que no alcanzan en promedio a los diez mil pesos, entre los que hay sueldos de menos de cinco mil pesos, nos encontramos con que hace aproximadamente diez años que los gobiernos que hemos tenido, no se han preocupado en mejorar sus salarios, tratándolos de manera vejatoria, y condenándolos a un final desastroso e irremediable.

Se tenía la esperanza de que  un gobierno encabezado por el licenciado Danilo Medina Sánchez, podría ser la diferencia, tomando en cuenta a ese tan necesitado sector de la sociedad, pero todo parece indicar que en ese sentido, será más de lo mismo.

Abrigamos la esperanza a la vez que solicitamos del hombre que hasta ahora esta demostrándole a sus antecesores, cómo se gobierna un País, el presidente Lic. Danilo Medina, a que destruya la coraza que impide a ese sentido sector de verdaderos patriotas dominicanos, vivir con dignidad y a morir con decoro.

Señor Presidente, los pensionados y jubilados dominicanos, esperan de usted, una justa revisión y aumento de sus insignificantes ingresos con los cuales, hasta ahora, están condenados a la miseria eterna.