P. Profesor, ¿cuál es la importancia, el valor o el significado de la anulación de los títulos de Bahía de las Águilas que acaba de sentenciar el Poder Judicial?
R. Esta sentencia del Tribunal de Tierras de la Jurisdicción Original del Distrito Nacional que declara nulos, sin ningún valor y efecto jurídico las cartas constancias anotadas, los deslindes y certificados de títulos expedidos a favor de particulares en terrenos de Bahía de las Águilas y el Parque Nacional Jaragua, sienta un precedente en la salvaguarda del patrimonio natural de República Dominicana.
Fueron 18 años de litigio que tuvo que encaminar el Estado en contra de funcionarios públicos, empresarios aventureros y expertos en cazar fortunas o agenciarse bienes ajenos en provecho propio utilizando mecanismos indecibles, para poder recuperar las riquezas naturales que encierra esta porción de geografía donde está enclavada Bahía de las Águilas.
Se trata de una medida trascendental, histórica, que marca un antes y un después en materia de conservación de los grandes valores y riquezas que conforman los principales activos con que cuenta este país para forjar su desarrollo y abrir las puertas anchas del porvenir de las presentes y futuras generaciones.
La jueza Alba Beard Marcos, en pleno ejercicio de la autoridad que le confieren las leyes y la Constitución de la República, le devuelve al Estado y al Pueblo dominicanos, los bienes que le intentaron conculcar por medios fraudulentos y mecanismos antiéticos y amorales. Ella no solo entra por la puerta ancha de la historia, sino que ha hecho justicia y acaba de reivindicar los sueños y anhelos de la heroína Piky Lora, la primera en descubrir, denunciar y encaminar ante los Tribunales, este escándalo monstruoso de despojo de bienes públicos.
Ahora nos toca a todos los dominicanos celebrar el triunfo de la justicia y al Estado, convertirse en la bujía inspiradora para promover activamente el desarrollo y la conservación de este enclave turístico prístino con valor universal, que tanto bienestar y riquezas materiales encierra en sus potencialidades de cara al futuro.
Es hora de demostrar que la acción directa, justa y más equitativa para beneficiar a la sociedad y al interés de la nación, la encarna real y legítimamente el Estado dominicano. Allí caben todas las empresas, negocios y emprendedurías que resulten compatibles con el progreso de Pedernales y la conservación de la naturaleza.
R. Esta sentencia del Tribunal de Tierras de la Jurisdicción Original del Distrito Nacional que declara nulos, sin ningún valor y efecto jurídico las cartas constancias anotadas, los deslindes y certificados de títulos expedidos a favor de particulares en terrenos de Bahía de las Águilas y el Parque Nacional Jaragua, sienta un precedente en la salvaguarda del patrimonio natural de República Dominicana.
Fueron 18 años de litigio que tuvo que encaminar el Estado en contra de funcionarios públicos, empresarios aventureros y expertos en cazar fortunas o agenciarse bienes ajenos en provecho propio utilizando mecanismos indecibles, para poder recuperar las riquezas naturales que encierra esta porción de geografía donde está enclavada Bahía de las Águilas.
Se trata de una medida trascendental, histórica, que marca un antes y un después en materia de conservación de los grandes valores y riquezas que conforman los principales activos con que cuenta este país para forjar su desarrollo y abrir las puertas anchas del porvenir de las presentes y futuras generaciones.
La jueza Alba Beard Marcos, en pleno ejercicio de la autoridad que le confieren las leyes y la Constitución de la República, le devuelve al Estado y al Pueblo dominicanos, los bienes que le intentaron conculcar por medios fraudulentos y mecanismos antiéticos y amorales. Ella no solo entra por la puerta ancha de la historia, sino que ha hecho justicia y acaba de reivindicar los sueños y anhelos de la heroína Piky Lora, la primera en descubrir, denunciar y encaminar ante los Tribunales, este escándalo monstruoso de despojo de bienes públicos.
Ahora nos toca a todos los dominicanos celebrar el triunfo de la justicia y al Estado, convertirse en la bujía inspiradora para promover activamente el desarrollo y la conservación de este enclave turístico prístino con valor universal, que tanto bienestar y riquezas materiales encierra en sus potencialidades de cara al futuro.
Es hora de demostrar que la acción directa, justa y más equitativa para beneficiar a la sociedad y al interés de la nación, la encarna real y legítimamente el Estado dominicano. Allí caben todas las empresas, negocios y emprendedurías que resulten compatibles con el progreso de Pedernales y la conservación de la naturaleza.