POR ÁGUEDA RAMÍREZ DE RODRÍGUEZ,
ara Ecos del Sur.
Hombre de gran sensibilidad humana, presto a paliar las dificultades económicas de quienes necesitaron su auxilio. Un escrito del periodista barahonero Alejandro Santana titulado VALORES HISTÓRICOS. DON SÓCRATES LAGARES: “EJEMPLO DE HUMANIDAD” describe a Don Sopito como “…uno de los munícipes que más contacto directo tuvo con los sectores pobres de Barahona, brindando sus servicios sin tomar en cuenta su alta posición económica y social, y teniendo siempre el deseo de ayudar en sus problemas a los que casi nunca tenían nada”.
Cuenta la tradición oral que cuando pasaba un cortejo fúnebre hacia el cementerio, próximo a su negocio, Don Sopito se ponía su chaqueta -saco- y su sombrero y se integraba al mismo para acompañarlo, aunque no conociera al fallecido ni a sus parientes.
Nacido en Pueblo Viejo en la provincia de Azua el 11 de febrero del 1903, fueron sus progenitores Don Faustino Lagares y Doña Elena Arias. En 1925 contrajo matrimonio con la señorita Ercilia Lama Lama, con quien procreó a Sócrates, a Bolívar y a Víctor.
La llegada de Don Sopito a esta ciudad de Barahona se produjo en 1923 y, luego de laborar como dependiente en una tienda de tejidos propiedad de Don Manuel Lama, en 1927 se estableció con sus actividades comerciales en su propio negocio, llegando a ser el comerciante mayorista de provisiones más grande de esta plaza, tal como lo señala el Ing. Gustavo A.
Tavárez (1999) en su obra “Eran otros los tiempos y otros los hombres”, así como también una agencia de electrodomésticos y la representación de la internacional Curacao Training Company.
La participación de Don Sopito en la vida pública de esta ciudad de Barahona comenzó a hacerse notoria tan pronto se estableció, desempeñando cargos honoríficos, a saber: de 1943 a 1944, Vicepresidente del Ayuntamiento Municipal; Regidor por más de diez años, presidente en dos ocasiones y síndico interino en 1943. En 1947 fue miembro de la Junta Monetaria y del Consejo de Directores del Banco Agrícola de la República Dominicana, y presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Barahona.
Miembro fundador y directivo de la Asociación Barahona de Ahorros y Préstamos para la Vivienda, también participó en la fundación del Club Rotario de Barahona y de las Logias Masónica Enriquillo No. 26 y de la Odfélica Perseverancia No. 18 en esta ciudad de Barahona.
Otro de los aportes de Don Sopito a nuestra cultura fue el establecimiento de los cines Unión, comprado al Circuito Rialto en 1946 y el Ercilia en 1947. Ambos escenarios de grandes espectáculos artísticos: las mejores películas exhibidas en el país, obras de teatro y actuaciones de artistas locales, nacionales e internacionales.
El 14 de agosto del 1979 falleció Don Sopito en su residencia de esta ciudad de Barahona, víctima de un Infarto al Miocardio y su sepelio demostró el respeto y cariño de los barahoneros hacia quien fuera uno de sus más grandes valores.
En agradecimiento a sus cualidades y como reconocimiento a sus valiosos aportes al bienestar de la comunidad barahonera, el Ayuntamiento Municipal designó con su nombre una de nuestras calles.