POR LITO SANTANA.
Un gran revuelo ha causado en la provincia Bahoruco la designación de Rafael Cuevas como gobernador de esa demarcación. Quizás los más cercanos a Rafael no fueron sorprendidos por el decreto del presidente Medina, pues desde hace muchos años Rafael forma parte del Equipo del Mandatario.
Incluso hasta hace unos días era el supervisor general de las ejecuciones de las obras ordenadas por Medina durante las visitas sorpresa a la Región Sur. Para los pobladores de Tamayo, de donde es oriundo el hoy gobernador, la noticia no podía ser más impactante.
Es que Rafael Cuevas y su hermano Santos Salvador, se abrieron paso en esa comunidad desde que eran dos mozalbetes que en compañía de otros jóvenes encabezaron el movimiento popular con el riesgo que implicaba ese compromiso en esos momentos.
De ellos se quedó la imagen de gente batalladora que, con virtudes y defectos, encabezaron grandes jornadas de luchas propias de esos tiempos de utopías, en que la juventud arriesgaba su vida por el bienestar de sus pueblos.
Fue en medio de esos sueños de revolucionarios que Rafael ingresó al PLD junto a sus hermanos, dándole un empuje a esa organización, encabezando la candidatura a la alcaldía municipal.
De hecho fue en esa ocasión que un partido de oposición al PRD le llegaba tan cerca de ganar las elecciones en Tamayo, desde aquella vez que el Partido Reformista lo “derrotó” en 1974.
De modo que la designación de Rafael como gobernador de Bahoruco abre otro capítulo en su vida política. Su llegada al puesto está destinada a ser la diferencia con sus antecesores.
Y deberá ser así por dos motivos: primero por su compromiso con el pueblo, forjado en esas batallas por reivindicaciones sociales y segundo que por llegar ahí de la mano del Presidente Medina, quien le conoce y le tiene como un hombre de su absoluta confianza.
Se sabe que las gobernaciones provinciales no son un maná donde fluyen los recursos, y menos la Gobernación de una provincia tan pobre como Baoruco, pero deberá Rafael empoderarse de la confianza depositada en él por el Presidente para dejar su estampa en la solución de problemas propios del puesto e ir un poco más allá, procurando el respaldo del Presidente que lo ha designado como su representante.
Todos esperamos que la gobernación de Rafael marque un antes y un después en la provincia Bahoruco.
Un gran revuelo ha causado en la provincia Bahoruco la designación de Rafael Cuevas como gobernador de esa demarcación. Quizás los más cercanos a Rafael no fueron sorprendidos por el decreto del presidente Medina, pues desde hace muchos años Rafael forma parte del Equipo del Mandatario.
Incluso hasta hace unos días era el supervisor general de las ejecuciones de las obras ordenadas por Medina durante las visitas sorpresa a la Región Sur. Para los pobladores de Tamayo, de donde es oriundo el hoy gobernador, la noticia no podía ser más impactante.
Es que Rafael Cuevas y su hermano Santos Salvador, se abrieron paso en esa comunidad desde que eran dos mozalbetes que en compañía de otros jóvenes encabezaron el movimiento popular con el riesgo que implicaba ese compromiso en esos momentos.
De ellos se quedó la imagen de gente batalladora que, con virtudes y defectos, encabezaron grandes jornadas de luchas propias de esos tiempos de utopías, en que la juventud arriesgaba su vida por el bienestar de sus pueblos.
Fue en medio de esos sueños de revolucionarios que Rafael ingresó al PLD junto a sus hermanos, dándole un empuje a esa organización, encabezando la candidatura a la alcaldía municipal.
De hecho fue en esa ocasión que un partido de oposición al PRD le llegaba tan cerca de ganar las elecciones en Tamayo, desde aquella vez que el Partido Reformista lo “derrotó” en 1974.
De modo que la designación de Rafael como gobernador de Bahoruco abre otro capítulo en su vida política. Su llegada al puesto está destinada a ser la diferencia con sus antecesores.
Y deberá ser así por dos motivos: primero por su compromiso con el pueblo, forjado en esas batallas por reivindicaciones sociales y segundo que por llegar ahí de la mano del Presidente Medina, quien le conoce y le tiene como un hombre de su absoluta confianza.
Se sabe que las gobernaciones provinciales no son un maná donde fluyen los recursos, y menos la Gobernación de una provincia tan pobre como Baoruco, pero deberá Rafael empoderarse de la confianza depositada en él por el Presidente para dejar su estampa en la solución de problemas propios del puesto e ir un poco más allá, procurando el respaldo del Presidente que lo ha designado como su representante.
Todos esperamos que la gobernación de Rafael marque un antes y un después en la provincia Bahoruco.