POR VINICIO LÓPEZ
Segunda Gestión. A mediados de los años 90 el Hospital Regional Jaime Mota vuelve a caer en una gran crisis de sostenibilidad financiera, limitada capacidad resolutiva y mala calidad en los escasos servicios que se brindaban a la población. Ante esa situación se realizó una asamblea de médicos que nos eligió a unanimidad para tomar nuevamente la gerencia de la institución por segunda vez. La crisis fue de tal magnitud que para nuestra juramentación vinieron en helicóptero a Barahona el Secretario de Estado de Salud Pública, Dr. Víctor García Santos, y el Presidente de la Asociación Médica Dominicana, Dr. Canó González.
Segunda Gestión. A mediados de los años 90 el Hospital Regional Jaime Mota vuelve a caer en una gran crisis de sostenibilidad financiera, limitada capacidad resolutiva y mala calidad en los escasos servicios que se brindaban a la población. Ante esa situación se realizó una asamblea de médicos que nos eligió a unanimidad para tomar nuevamente la gerencia de la institución por segunda vez. La crisis fue de tal magnitud que para nuestra juramentación vinieron en helicóptero a Barahona el Secretario de Estado de Salud Pública, Dr. Víctor García Santos, y el Presidente de la Asociación Médica Dominicana, Dr. Canó González.
La canción de Juan Luis Guerra, El Niagra en Bicicleta, hace la mejor descripción de las deficiencias de los hospitales públicos nacionales en esos años. Con la colaboración de mis colegas médicos, de las siempre solidarias enfermeras y de todos los recursos humanos iniciamos el proceso de mejora continua de los servicios. Pero al igual que la primera vez se produce otra larga huelga médica por seis meses, con abandono de los hospitales.
El gobierno procedió la militarización de todos los establecimientos de salud a nivel nacional. En nuestro caso particular las instrucciones que recibimos eran que los médicos militares serían responsables de la provisión de salud, y que a nosotros nos tocaba salvaguardar la parte administrativa. Tuvimos la suerte de contar como amigo del entonces Coronel del Ejército Nacional Rondón Hernández que laboraba en esta plaza, y de que el jefe del cuerpo médico asignado fue el muy caballeroso Coronel Médico Dr. Frías. Con el apoyo de ambos nos hicimos respetar y mantener la disciplina administrativa, incluyendo el uso de los teléfonos solo para lo estrictamente necesario. Basta recordar que pasada esta huelga la prensa se hizo eco de las desastrosas cuentas telefónicas de los centros de salud del país.
Para esa fecha operaba el Programa PRISA, auspiciado por la Unión Europea, que desarrollaba inversiones en diferentes infraestructuras y capacitaciones en el Suroeste, entre ellas en el sector sanitario. El Dr. Guillermo Gonzalvez García, fue por breve período el Director Regional de ese programa, y fue la persona a quien agradecemos ser seleccionado para cursar estudios de Gestión en Servicios de Salud, a partir de octubre de 1995, en la Escuela Andaluza de Salud Pública, de Granada, España.
Llegado el año 1996 el Hospital Jaime Mota ya había logrado su equilibrio financiero, mejorado su cobertura de servicios y la calidad de los mismos, pero persistía la falta de voluntad política para habilitar y poner en funcionamiento la nueva construcción que ya llevaba 16 interminables años. En esas circunstancias convocamos a la oficina de la Dirección del Hospital a nuestros siempre solidarios amigos de la prensa, y le pedimos publicar nuestra petición de demolición o inauguración de las nuevas instalaciones construidas.
Esta publicación a media página en el periódico Hoy causó gran revuelo a nivel nacional, y contribuyó a que se reanudaran aceleradamente los trabajos con fines de ser puestas estas instalaciones al servicio de la población. Finalmente en 1997 el Presidente Leonel Fernández en persona asistió al acto de inauguración. Para esa fecha ya habíamos sido sustituidos por el cambio de Gobierno, a pesar de que el entonces Secretario de Salud Pública, Dr. Erasmo Vásquez resistió casi por sus tres primeros meses manteniéndonos en la Dirección.