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domingo, 4 de enero de 2015

EXPRESIONES: Pedido de Reyes

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POR TOMAS AQUINO MENDEZ

De niño siempre fui un soñador, si de disponer de juguetes se trataba. Como yo, casi todos los niños de mi pueblo pedían regalos que nunca llegaban. Pocos, por no decir, ningunos de mis amiguitos logró lo que deseó para el Día de los Santos Reyes. Cada año era la misma espera y mis padres con las mismas promesas y excusas.

La Vieja Belén, la última esperanza en materia de regalos, nunca se aproximó por nuestra casa. De grande, cuando entendí porqué los Reyes no llegaban con lo que yo quería, entendí a mis atribulados padres. Comprendí porqué estaban tan tristes como yo al día siguiente. Ellos se esforzaban, hacían lo que podían y lo que no podían para satisfacernos, pero ni a mí, como mayor, ni a mis ocho hermanos podían satisfacernos. Sus ingresos como humildes agricultores, propietarios de diez tareas que apenas producían para sostenernos, no podían rendir para bicicletas, grandes muñecas y otros juguetes pedidos y nunca recibidos.

Hoy trato de dar a mis hijos y a mis nietos --y hasta a desconocidos--, esas cosas que nunca tuve. Me siento feliz de poder hacerlo y disfruto viéndolos gozar. Las promesas paternas de que el año venidero los Reyes llegarían se me parece hoy a las ofertas del Gobierno cuando los suroestanos pedimos que nos escuchen. Cada año los pobres hombres y mujeres del Sur pedimos que nos hagan Monte Grande, que hagan realidad el proyecto turístico Bahía de las águilas, que entreguen més recursos a los pequeños productores de la zona, que miren más hacia nuestra región, pero aunque nos prometen el compromiso no se cumple.

El incumplimiento de los Santos Reyes con los pobres del Sur es similar a la actitud de los gobiernos con esta región, con la diferencia de que los padres pobres de la zona no cumplen porque no pueden y las autoridades por irresponsables e indiferentes. A veces nos “allantan” y hasta inician alguna de las obras importantes que requerimos, pero para concluirla no encuentran el camino.

A pesar de saber que los Santos Reyes nunca me cumplieron, recurro a ellos otra vez, ahora para pedir, no para mí, sino para el Suroeste, para que por fin incidan en el Gobierno para que concluya la presa de Monte Grande, que hagan ya de Bahía de las Águilas un verdadero polo turístico y pongan más atención a nuestros productores agrícolas.

 Confiamos que esta vez los Santos Reyes atenderán nuestro pedido y no me mandarán adonde la Vieja Belén o a seguir esperando el próximo año para alcanzar esos objetivos. AMÉN.