Por Víctor Reyes.-
Santa Elena, Barahona.- Un dirigente comunitario y vocero de los agricultores de esta sección , perteneciente a la provincia de Barahona, condenó el hecho de que las autoridades gubernamentales, hayan sometido en un estado de abandono esa comunidad rural por muchos años.
El líder comunitario Coare Matos, en declaraciones, explicó que los parceleros del proyecto Agrario AC-54 de Santa Elena, han calificado la situación de esta zona rural como verdadera extrema pobreza, a la que lo han llevado el Gobierno de Danilo Medina y sus funcio narios del sector agropecuarios, que no responden a las necesidades de los hombres del campo.
El vocero de los agricultores de esta zona, criticó además la falta de agua potable, energía eléctrica y el pésimo estado de la carretera que une esta sección con el municipio cabecera Santa Cruz de Barahona.
Afirmó que Santa Elena, es una comunidad productora de café, maíz, yuca, cítrico, habichuela, guandules, auyama, yautía y otros rubros de ciclo corto, por lo que consideró que las principales autoridades la han sumido en un verdadero infierno, hasta el extremo de que mucho de ellos han tenido que abandonar el campo y marcharse a las ciudades en busca de mejor vida.
"Tenemos más de 50 años, luchando para que se nos arregle la principal carretera que une esta sección con Barahona y que solo reciben promesa, mientras los productos se pierden porque se le dificulta transportarlos a los mercados", dijo Coare Matos, vocero de los parceleros.
Dijo que hace uno dos años, las autoridades tanto del ayuntamiento como de la regional del Ministerio de Obras Publicas, hicieron un aguaje de llevar un equipo pesado para trabajar en la reparación de la misma pero que la dejaron peor.
Entiende el dirigente campesino que las autoridades del sector agropecuario en la provincia de Barahona, se han convertido en enemigos de los parceleros del Proyecto Agrario AC-54.
Señaló, que se ha dado cuenta de que las autoridades gubernamentales de Barahona, solamente resuelven en periódicos y televisión, mientras que la realidad de los hombres del campo, es otra.