POR OMAR MEDINA
Hacemos un llamado público a una indelicada legión de adversarios que nos hemos agenciado gratuitamente al emitir comentarios despectivos y espurios hacia nuestra persona y nuestro trabajo periodístico, por cierto no disimulan su actitud peyorativa, a que sustenten con pruebas reales sí ciertamente hemos torcido alguna información con el despropósito de lucrarnos con un jirón económico.
Humildemente solicitamos a que presenten pueblas verídicas; no palabrerías infundadas y carentes de toda veracidad, queremos pruebas que dejen entrever, al menos, en qué momento hemos caído en el chantaje y la extorsión tras perseguir un emolumento mensual en cualquier entidad, no es nuestro paradigma.
Solicitamos que presenten evidencias comprometedoras, papeles, documentos o algún escrito; también mensajes de textos o notas de voz que hayamos enviado a cualquier funcionario público o privado de ésta o cualquier ciudad para luego chantajearlo o extorsionarlo a través de la presión que ejerce el oficio periodístico.
Es bien fácil estigmatizar con sandeces y tratar de liquidar honras, dignidad, moral y reputación sin usted tener la menor idea de las vicisitudes que afronta un periodista de clase media o cualquier categoría social en las universidades para hacerse profesional en 4 años, tras cursar 64 materias, para que al final vocingleros y cornetas traten de inocular sustancias tóxicas mediante calumnias, a fin de empañar su profesionalidad por no hacer un periodismo rosa o complaciente a sus intereses.
Es bueno decir fulano o zutano es un chantajista o extorsionador; no conozco una cosa que suene con tanta frecuencia que latas vacías atadas a la cola de una motocicleta, por así decirlo; ya está bueno decir esto o lo otro de forma irresponsable.
No pretendo sustentar divergencias con nadie en particular, pero rememorizando una célebre frase “Impútenme!! Impútenme!!” como advirtió el presidente Danilo Medina; solicitamos pruebas concretas.