Por Emiliano Pérez Espinosa
“En el siglo XVIII, el Occidente inflado por las ideas de la Ilustración (The Enlighment), el periodo preindustrial, el nacionalismo, la colonización y, bajo el liderazgo de los ingleses, inició su penetración cultural, política y comercial a lo que hoy es China, a través de la distribución, y venta de una droga conocida como opio, según, Richard Boum un graduado con PhD de la Universidad de California UCLA, en su obra: “El Auge y la Caída de China”.
El Dr. Boum, también argumenta que: “En ese entonces estaba en el poder en lo que hoy es China, la dinastía de los Manchús, quienes intentaron frenar la penetración de Occidente con sanciones a los comerciantes ingleses y chinos que traficaran con el opio; el estado chino llegó a incinerar, confiscar y condenar, a un gran número de ciudadanos chinos e ingleses, que se dedicaban a la venta, consumo y tráfico de la misma”.
El Dr. Baum dice que: "Los ingleses compraban el opio en la India, a precios muy baratos y luego la vendían en la China, lo que produjo que el gigante del Asia perdiera su poderío comercial, militar y político, pero también su juventud se vio seriamente enfermada por la pandemia de esa peligrosa droga”.
Agrega que: “El gobierno inglés vio afectados sus intereses comerciales por dichas acciones, y decidieron declararle la guerra a los chinos y, gracias a su superioridad militar, vencieron de una manera fácil en las dos guerras conocidas como las “guerras del Opio”.
Las “guerras del Opio” trajeron como resultado que se firmaran varios tratados en donde los chinos se vieron arrodillados, humillados y forzados a cederle a Occidente (Inglaterra), varios puertos, entre los cuales estaban: Cantón y Shanghái. Además, las islas que hoy conocemos como Hong Kong y Taiwán”.
¿Por qué China? Porque: “Lo que hoy es China, en ese entonces, representaba el punto más avanzado de la producción mundial, gracias a una serie de factores que van desde una economía que creció y se sustentó con “Las Rutas de las Sedas”; además, de un balance comercial a su favor, sustentado en la industria metalúrgica y la porcelana.
Hoy disfrutamos de muchos inventos chinos como son: el papel, la pólvora, la imprenta, el compás, las pastas, la porcelana, la brújula, la seda. Esos inventos, entre otros, colocaron a la China como el epicentro del mundo”, de acuerdo uno de los mejores historiadores chinos, Sima Qian.
Ahora bien, como dice un refrán: “No hay bien que por mal nos venga”. Así, los ingleses obligaron a los chinos a cederles y capitalizar sus puertos más importantes; este revés, le ha permitido a la China de hoy, ser el país de mayor exportación y de mayor crecimiento en el mundo.
Todo lo anterior, combinado con la disciplina adquirida de sus tradiciones éticas/morales, como son el Confucionismo, el Budismo, el legalismo y el Datismo, les están permitiendo a ese inmenso país de más de 1300 millones de agentes de producción, colocarse como un modelo de desarrollo y de futuro en los próximos lustros.
Es importante tomar nota, primero, de sus 2,500 años de vida bajo los emperadores y dinastías, las cuales se iniciaron 221 años antes de Cristo, con la dinastía de los Qin (Chin), de donde proviene su nombre de China, bajo el mandolín del emperador Qin Shi Huang y que culminaron con la abdicación de su último emperador, conocido como Puyi en el 1912.
Segundo, las tradiciones religiosas del Taoísmo, el Islam, y Budismo, esta última fundada por el legendario Siddhartha Gautama, mejor conocido como el “Buda”, que nos regaló lo que todos conocemos como el Budismo, la cual constituye la religión más popular en la China.
Y tercero, por el Confusionismo y el Legalismo como sistemas éticos/morales que han moldeado el comportamiento de los chinos y casi todo el continente asiático, que representa más del 25% del PIB mundial. Todo lo anterior ha producido sociedades y economías cerradas en el Asia, pero con un sistema de disciplina, de valores éticos y morales muy diferentes a los de Occidente.
Observando esa realidad histórica, geopolítica, y “geocomercial”, soy de opinión que tiene lógica apostar un poco más a la China, salvo que alguien me demuestre lo contrario, pero con evidencias y argumentos lógicos.
En conclusión, todos aceptan que en el terreno “Geocomercial”, China tendrá un papel protagónico y preponderante que jugar en los próximos 50 años y que muchos tratarán, de manera personal, de hablar mandarín e inglés; y tener sus residencias, no solamente en Norteamérica y en Europa, sino también en Shanghái, Beijing o Xi’an, tres ciudades que hay que tratar de visitar porque en la vida “No hay bien que por mal no venga”.