SANTO DOMINGO: El presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores), Joel Santos, aseguró ayer que están en conversaciones con diferentes instituciones para buscar una salida a la situación de invasión de algas que vuelve a afectar las playas del país, aunque señala que este es un problema de una magnitud que necesita de iniciativas globales.
Indicó que la invasión de las algas no solo afecta a la República Dominicana, sino que también están en diferentes destinos de la zona y que el sector trata de formar parte de las iniciativas globales que se están realizando ante esta situación, que es producto del cambio climático.
“Nosotros tratamos de formar parte de las iniciativas, pero es un proceso y verdaderamente bastante lejos de la mano inmediata. Es un tema global del cambio climático”, dijo Santos.
Precisó que las algas pueden crear, en el sector turismo, un tema de insatisfacción momentánea, porque cuando las playas se llenan del sargazo no es agradable, pero que hasta ahora no se ha tenido un impacto estructural producto de la invasión.
Dijo que de manera independiente algunas propiedades han optado por poner barreras que impiden la entrada del sargazo a las playas, pero que esto es una solución parcial, que cada propiedad hace de manera independiente, por lo que insistió en que hay que pensar en iniciativas globales, las cuales reconoce no son sencillas.
Explicó que se están haciendo importantes esfuerzos de limpieza de playas y que las propiedades turísticas han redoblado sus esfuerzos, pero la cantidad de sargazo a veces dificulta el proceso.
Según informaciones, las algas han invadido nuevamente todo el litoral costero marino del Suroeste de la República Dominicana. En Barahona han provocado un mal olor y una sensación de intranquilidad a sus habitantes.
Toneladas de algas se han posado en playa Casita Blanca, hotel Guarocuya, El Cayo, Acapulco y Las Saladillas.
Debido a esta situación la zona del malecón y el parque María Montez, así como lugares de diversión ubicados en las proximidades, han visto reducir el número de visitantes.
Ambientalistas han dicho que las algas marinas no tienen efectos nocivos en la salud de las personas, por lo que entienden no debe existir preocupación alguna en ese sentido, aunque sí provocan intranquilidad por el hedor.
En la zona Este, las algas marinas se expanden desde Bayahíbe hasta Punta Cana. En 2015 hubo un problema similar.