Tavito es un alcalde demagogo, como la mayoría de los políticos tradicionales, que prometen y prometen, pero nunca cumplen sus promesas.
También es un político corrupto, que no está preso por la consideración y complicidad de muchas autoridades, lo que tendrá que cambiar, obligando a que rinda cuentas, a que explique que ha hecho con el dinero del pueblo, lo que le abrirá la puerta de la cárcel.
Recordemos lo que dijo tras imponerse con fraude en las pasadas elecciones, afirmó que tomaría los programas de gobierno municipal de todos los candidatos a la alcaldía para sus ejecutorias, comprobando todos que fue pura demagogia.
Prometió resolver el problema de las vacas en la ciudad, de librarnos del peligro y la muerte que representan en nuestras vías, pero ya vemos, el problema cada día está peor, ganándose el derecho de que se le haga un monumento a él y a la vaca.
El pueblo que no ve a Tavito ni en pintura en el Ayuntamiento, ni en la ciudad, debe convencerse que es un demagogo, que, si no es una mula, es una vaca y como tal debemos repudiarlo.