Por Yovanny Santana
Desde hace muchos tiempos los precios de los combustibles se han mantenido, ya suben, ya bajan, con sus quejas de chóferes, comerciantes, y del pueblo, que al final es realmente quien termina pagando los platos rotos.
Tenemos chóferes que se quejan porque tienen que comprar combustibles más caros, los comerciantes porque debido a esto tienen mayores gastos en sus operaciones, pero nunca han dicho nada cuando los precios de los combustibles bajan. Al contrario cuando esto ocurre, entonces entonan una canción muy linda para ellos, cuyas letras dicen de la siguiente manera: Bajaron los combustibles, pero no podemos bajar los pasajes ni los precios de los productos porque las gomas y demás piezas están caras.
¡Qué charlatanería! ¡Cuánto descaro!
Otra cosa es, que no se entiende por qué protestan, si al final ellos salen ganando, cuando le aumentan dos, tres, cuatro o cinco pesos a un galón, ellos le aumentan 5,10….25….hasta 50 a cada pasajero.
¿Le conviene o no le conviene el negocio? claro que le conviene, pero nunca olvidemos que la justicia es de Dios, y que tarde o temprano la impondrá, porque su misión es proteger a los abusados, a los oprimidos.
Lo verdaderamente justo sería que cuando hayan aumentos suban, pero cuando ocurra lo contrario bajen los precios; pero parece ser que en sus diccionarios la palabra bajar no existe, por lo que es lamentable que ellos hagan lo que quieran sin que hasta ahora nadie los frene.
Entendemos que ya está bueno de vivir como en la selva, donde impera la ley del más fuerte, todo parece ser como si ellos son los que gobiernan este país, por eso muchos les han apodado los dueños del país.
Esperamos que esta situación cambie parta beneficios de todos, que el estado juegue su verdadero papel, que sea un verdadero regulador, que no se deje chantajear, de lo contrario esto se fuñó definitivamente.