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domingo, 25 de noviembre de 2018

NEYBA: Sonambulismo político-electoral

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POR RAFAEL MENDEZ

Por las situaciones que se advierten en el actual panorama pre-electoral, en perspectivas a los comicios del 2020, y como consecuencia de las incertidumbres internas en los partidos políticos, de la que no escapan “ni los grandes ni los chiquitos”, parecería que la coyuntura en la que entrarían al amanecer del 2019, les coloca en una especie de sonambulismo político-electoral, en cuya somnolencia gravitan “algunas incongruencias” de la Constitución y de la Ley 33-18 en relación a los procesos electorales venideros.

Atreverse advertir una situación que sólo les pasa a las personas como individualidades, obliga definir el concepto sonambulismo, que según tratadistas de la conducta y comportamiento humano, es el “trastorno del sueño durante el cual la persona dormida se levanta, camina, habla y se comporta como si estuviese despierta”, y que en ese estado, “las personas no recuerdan los actos realizados al despertar”, y “no tienen consciencia de los sucedido”.

A los fines de inferir sobre una coyuntura que nos arriesgamos advertir como una especie de “sonambulismo político-electoral”, con los mismos tratadistas podríamos reservar la definición de un comportamiento para un colectivo, que en el caso que nos ocupa serían las fuerzas políticas del país, por lo que no serían muy riesgoso establecer que esos conglomerados amanecerían sin recordar “los actos realizados al despertar”, en el nuevo año del 2019 y sin “consciencia de los sucedido”, en el 2018.  

Y es lo que al parecer le está sucediendo a los partidos que han decidido la modalidad que emplearían para seleccionar el 6 de octubre del 2019 los candidatos que presentarían al electorado nacional en los comicios de febrero y mayo del 2020, en las que aparecen o dan evidentes notas de estar poco seguros de la certeza o conveniencia de sus respectivas decisiones respecto a los procedimientos que le reserva la Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos.  

Definiciones sin definición

En medio de grandes incertidumbres y grandes expectativas, y atendiendo al imperio de la Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos políticos, así como al calendario impuesto por la Junta Central Electoral, es precisamente lo que aprisiona a todas las fuerzas políticas, en donde los que han definido su modalidad parecerían que están en disposición de volver sobre sus pasos, en tanto las organizaciones que aún no se deciden aparecen a la intemperie, una especie de exposición “al aire libre, sin techo ni protección”.

Por cierto, la definición de intemperie que ofrece Google parecería junto a la medida de que podrían establecerse para el amanecer del 2019, cuando advierte que sería un “ambiente atmosférico (político) considerado como variaciones e inclemencias del tiempo (político-electoral) que afectan los lugares o cosas (partidos) no cubiertos o protegidos”, por decisiones adecuadamente y fríamente tomadas.

Oportuno es recordar que de las instancias internas y las opciones que se le reservas la Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos, en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fue el Comité Central que estableció la modalidad por la que se inclinaría, que en su caso será de primaria abierta, con el padrón, la dirección  y el control de la Junta Centra Electoral, pero además, ese organismo de dirección dispuso que una comisión compaginara los estatutos a lo establecido en la nueva legislación.

Sin ninguna incertidumbre aparente, y sin ninguna expectativa en la opinión pública, el Partido Revolucionario Moderno, por medio de su Dirección Ejecutiva Nacional, se inclinó por la modalidad de primarias cerradas para seleccionar sus candidatos de elecciones popular, una decisión que no causó ninguna sorpresa porque ya sus principales líderes habían convenido lo que debía asumir el máximo organismo de dirección partidaria, aunque hubo un sector que expresó su simpatía por la modalidad abierta.

Desapercibido, el otrora poderoso y hoy disminuido, aunque definido en papeles como “mayoritario” a los fines de recibir los emolumentos financieros del Estado, Partido Revolucionario Dominicano, reunió su Comité Ejecutivo Nacional, que es la instancia investida de  autoridad legal para decidir sobre una de las opciones de modalidades, y se inclinó por el sistema de las abiertas, con el padrón, la dirección  y el control de la Junta Central Electoral.

En tanto el otro, y también otrora poderoso, aunque definido también como “mayoritario” para fines de recibir la asistencia financiera estatal, el Partido Reformista Social Cristiano, no despierta ningún debate de opinión en cuanto a decisión que en cualquier dirección pudiera tomar, aunque al igual que la veintena restante de fuerzas políticas llamadas emergentes, tendrá que cumplir lo establecido por el órgano electoral a más tardar el 6 de diciembre.

Donde Dije Digo, Digo Diego

El Partido de la Liberación Dominicana es el que presenta mayor niveles de afección con una especie de síndrome de “Donde Dije Digo, Digo Diego”, por las tantas interpretaciones que han salido de connotados dirigentes con las diferentes lecturas que les dan a la decisión del Comité Central que estableció la modalidad por la que se inclinaría, que en su caso será de primaria abierta, con el padrón, la dirección y el control de la Junta Centra Electoral.

Pero hay que sacar a parte, la parte de la decisión consensuada por el Comité Político, que la presentó como decisión orgánica de ese órgano, en el sentido de que una comisión compaginaría los estatutos a lo establecido en la nueva legislación, y a la luz de lo palmariamente acordado, que para unos es refrendar o ratificar, y para otros es posibilidad de espacio que podría rectificar lo resolutado.  

En el resto de los partidos, agrupaciones y movimientos políticos hay que esperar “por donde vendrá la cosa, caballero”, pero sin ninguna incertidumbre que despierte pasión a lo interno de esas entidades o en medios de opinión pública, con excepción del PRM, que aunque no aflora incertidumbre sobre la modalidad definida, en cabeza de algunos dirigentes se dice que hay que esperar para ver cómo fluye la situación interna, porque no es descartable que sea afectado por el  síndrome de “Donde Dije Digo, Digo Diego”.

   El autor es periodista y diputado