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viernes, 22 de marzo de 2019

OPINION: Atención primaria: agenda de un gobierno progresista

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POR ISMAEL BATISTA
  
Algunas cabezas establecidas en el sector salud y de procedencia empresarial y de los sindicatos, piensan que la Atención Primaria se puede ejecutar en el país de igual manera que una disposición presidencial o un decreto. Melodía que también la toca la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL).

No puede ser así, y en ninguna parte del planeta lo fue. La implementación de la Atención Primaria en República Dominicana y en cualquier otro país del mundo es todo un proceso de planificación estratégica para construir las bases del sistema sanitario en el curso de los años.

De ahí, que la implementación de la Atención Primaria en el país es todo un proceso que amerita se ejecutado de manera gradual y progresiva y, necesariamente estar ligadas a políticas de desarrollo del país, puesto que el modelo de salud conlleva movilización de importantes cantidades de recursos humanos y materiales

Si observamos la Atención Primaria desde un ángulo sociológico tendremos la percepción de un ente complejo y amplio. Camina interconectada en el proceso de ejecución con otras instituciones del Estado. Es por ello que el norte de la Atención Primaria es la prevención; con todas sus implicaciones demográfica en un amplio espectro de acción social.

En este contexto, la insalubridad y la pobreza van de la mano. Entonces es básico para el desarrollo de la Atención Primaria comenzar resolviendo aquellas condiciones sociales que van ligadas a la pobreza.

Son esenciales para el ser humano. Para desarrollar inmunidad a las enfermedades es primordial vivir en un medio que facilite una alimentación adecuada, vivienda digna, suministro de agua potable, tener acceso a la educación y a la información

Por lo tanto, podemos concluir que el modelo de la Atención Primaria en la República Dominicana es una pieza clave para continuar combatiendo la pobreza

SISTEMA DE SALUD EN EL PAIS

Ahora bien, el Sistema de Salud de la República Dominicana, parece único, pero realmente tiene dos vertientes: Ministerio de Salud, con su brazo ejecutor, el Servicio Nacional de Salud, y el Sistema Dominicano de la Seguridad Social.

El Servicio Nacional de Salud no cuenta con los recursos humanos y económico necesario para implementar en su máximo esplendor la Atención Primaria. Realiza esfuerzos considerables con el propósito de optimizarlos indicadores de salubridad, vale decir, mortalidad materna e infantil, por mencionar algunos, sin lograrlo.

En cambio, la Seguridad Social con las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) y su modo de operación, el régimen de afiliación contributivo, adecuadamente estructurado y organizado, pero de cobertura muy limitada. Por si solo no puede implementar la Atención Primaria en el espectro amplio que el modelo necesita para ser efectivo

Estas debilidades del Sistema de Salud Dominicano comprometen al gobierno dominicano en el orden de asumir la Atención Primaria como una política de Estado.

Y ¿Dónde comenzar?

La guía más adecuada para poner el funcionamiento la Atención Primaria en la República Dominicana es el Mapa de la Pobreza 2018, contentivo de los indicadores y de los niveles de adquisición de la familia para estratificar la pobreza.

Unos 6,500,000 dominicanos, más la población haitiana inmigrantes y residentes en el país constituyen el enjambre de los pobres que no tienen nivel social para optar por el Régimen Contributivo de la seguridad social. El Estado los asume en términos de salubridad.

Sin embargo, esta gigantesca tarea es imposible abordar con el 1.8 % del PBI destinado por el Estado al sector salud. De modo que el país tiene que ahorrar u otear fuente de ingresos. Una de ellas seria recuperar su soberanía económica saliendo del control y las directrices neoliberales de Fondo Monetario Internacional (FMI).

De esta manera se recuperan los fondos para la implementación de la Atención Primaria en la República Dominicana.