POR RAFAEL MÉNDEZ
Periodista y diputado
La indefinición del presidente Danilo Medina en torno a si buscará una nueva repostulación espera y desespera a opositores y a oficialistas, lo que a juicio de muchos, esa situación se convierte en un insondable valladar que se coloca como un espeso nubarrón que impide visibilizar la conformación del cuadro pre-electoral de las primarias de este año, y mucho menos caracterizar el cuadro electoral en perspectivas al 2020.
Esa insoslayable realidad es lógico que preocupe grandemente a oficialistas y a oposición, ya que la indefinición del presidente Medina les tiene “frenados en el aro”, y por igual en un débil posicionamiento, en tanto el Mandatario se maneja en medio de un ambiente político sosegado y cómodo, en un auto creado espacio que opera como un recurso político a su favor, mientras todos parecerían estar “a la espera de que hable Danilo”.
Estar “frenados en el aro” significaría que han salido de la gatera, y recorrido el país, han celebrado mítines nacionales, regionales y locales, así como reuniones focalizadas con seguidores y con sus respectivos equipos nacionales y locales que coordinan sus acciones y estratégicas, pero aflora y gravita en sus acciones el manto oscuro de la indefinición del presidente Medina.
El Reacomodo de Danilo
Para muchos, el presidente Danilo Medina tiene a su favor una buena acumulación de simpatías, una muy buena aprobación de su gestión gubernativa, un 2019 que se torna promisorio y un férreo control del Partido de la Liberación Dominicana.
Con esas cuatro variables o fortalezas político-electorales, unidas a la incuestionable y probada sagacidad política demostrada por el Jefe del Estado, muchos entienden que alcanza y le sobra para todo, aunque el tiempo para para “retozar”, esta medido en plazos fatales, que obligan a aproximar una firme decisión que a todo el mundo “espera y desespera”.
A lo interno del Partido de la Liberación Dominicana existe una claridad meridiana en el sentido de que hasta que Danilo Medina no clarifique su posición frente a las elecciones venideras, las huestes moradas no toman los carriles que marcarían las potenciales aspiraciones a cargos electivos nacional, local y del exterior.
A juicio de muchos, en esa nebulosa también parece envuelto el expresidente y aspirantes a la misma posición Leonel Fernández aun cuando es reiterativo en su aparente decisión de que “no hay marcha atrás”, proclama esta que coloca al presidente del PLD en una riesgosa posición, que podría operar como una trampa.
Y como el PLD es la formación política dominante del escenario político nacional, que traza la agenda política del país, que tiene en sus manos todos los resortes del poder, de lo que está suficientemente persuadida la oposición, por lo que no es aventurado afirmar que también en la cera del frente esperan y desesperan por Danilo para definir sus proyectos electorales, y ver hasta dónde llegan sus potencialidades, y cómo romper la barrera de sus débiles posicionamientos.
Incertidumbres Afuera y en el Frente
Las aprehensiones en torno a si el presidente Danilo Medina buscará una nueva repostulación con miras a las elecciones del 2020, tiene un horizonte mucho más desconcertante para quienes esperan y desesperan a lo interno del PLD, y para quienes esperan en la cera del frente un “no te menee” en el partido oficial, única esperanza a la vista para acercarse a las posibilidades de entrar al carril que podría conducirles al Palacio Nacional.
Pero resulta que al parecer el presidente Danilo Medina está consciente que ondea a sus anchas en el panorama político-electoral, que a todas luces estará umbilicalmente atados a su designio, cortejado de sus demostradas habilidades políticas, con el PLD en sus manos, con todos los resortes del quehacer político nacional a su mereced, que al parecer le ira soltando velocidad o frenará, o hará frenar en el aro, de acuerdo a sus conveniencias.
En síntesis, la política en la oposición o en el Gobierno, y el panorama político-electoral nacional continuo en medio de las aprehensiones como consecuencia de la indefinición del presidente Danilo Medina, que al “parecer parecen” descontextualizado, mientras el mandatario observa impávido a la espera del tope de tiempo auto establecido, pero todavía con algunas capacidades para seguir jugando.