Por Dannerys Arias.
Al frente de mi residencia, en la Apolinar Perdomo existe una casa emblemática; por su estructura parecida a la época colonial norteamericana, es admiración de muchos transeúntes y hasta musa inspiradora para el lente fotográfico; pero dicha residencia ha sido blanco de robo en tres ocasiones en los últimos dos meses. Disfrutar de su vista no será posible desde hoy debido a que todo su frente será cubierto por una frondosa pared de varilla y cemento que se está construyendo para protegerla de los delincuentes.
En el mismo centro de la cuidad los delincuentes no le dan cavidad a la tranquilidad, atracos, robos de tanques de gas cómo le pasó a la propietaria de la casa donde resido Belkys Amor, seis baterías en menos de seis meses (incluyendo la mía, importando que hay cámaras de seguridad y la del señor vecino Camilo Cury) dejando en desasosiego a la parte céntrica de Barahona.
Y lo más grande es que se sometió al ladrón de Baterías que lo hacía acompañado de otro delincuente más y de una mujer, lo sueltan en el tribunal con una fianzita.
En ocasiones aperturó mi imaginación y pienso en la auto-justicia.