A los compañeros:
Danilo Medina Sánchez y Leonel Fernández Reina.
Admirados compañeros,
Los momentos de grandes crisis de los pueblos suelen poner a prueba la verdadera estatura de sus líderes políticos, tanto su grandeza humana como su trascendencia histórica. La sucesión de hechos ocurridos desde las primarias del pasado 6 de octubre hasta las elecciones municipales de este domingo, retratan un cuadro altamente preocupante para nuestro sistema de partidos, para nuestra democracia e incluso para el ordenamiento institucional del país.
En diversas formas, los dominicanos hemos dado una lección de civismo y vocación democrática, a la que el liderazgo político debe corresponder con igual altura. Para los herederos de Bosch, hoy separados por actitudes, posturas y puntos de vista de ningún modo irreconciliables, se abre la oportunidad de evaluar las lecciones del momento y tender puentes de reencuentro. La familia bochista, el país y el mundo, aplaudirían un gesto histórico de humildad y grandeza de parte de los dos mayores líderes democráticos de la República Dominicana en la actualidad.
Compañeros Danilo y Leonel, desde lo más hondo de mi corazón, movido por el mismo amor que les mueve a ustedes por este país, les elevo esta humilde sugerencia. Nadie pierde y todos ganamos, si en un ejemplo supremo de unidad, ambos decidieran sentarse con sus corazones en la mesa, sus ojos en el país y su conciencia en la historia, en nombre de nuestra democracia y de la magnífica obra de gobierno que ambos han encabezado, ejemplo para América Latina y el Mundo. ¡Si así lo hiciereis, la historia los recompensará generosamente!
Compañeros y amigos: ENHORABUENA.
Olmedo Pineda