Por Carlos Julio Feliz Vidal
Hace años que vengo sosteniendo que las crisis de los partidos políticos abren las puertas a la dictadura.
Predije la hecatombe del PRD y la virtual división del PLD, en sendos artículos de los que se ha hecho eco la prensa nacional.
Un país que predica democracia debe contar con partidos políticos sólidos y con liderazgos responsables.
Cuando la clase gobernante o de la oposición, se desacreditan en su accionar, se dificulta tomar decisiones que generen confianza en la ciudadanía.
El país político no puede desconectarse de la realidad nacional. Asombra que ante la inminencia de una epidemia que ya ha dejado muertos el país, que se tienen diagnósticos de manera positiva a varios enfermos, y con un riesgo permanente de que los pacientes haitianos que acogen nuestros hospitales puedan estar enfermos, no se concibe que ni el Gobierno ni la Oposición hayan tenido un discurso congruente ante la entrada del coronavirus al país.
No es cuestión de pánico, es cuestión de sentido común. Estamos dejando la propagación del virus al azar, no se ha tomado medidas que eviten que el mal se haga comunitario y falta la reciedumbre moral para hablarle claro al país y tomar las decisiones que requieran las circunstancias, tanto por el Ministerio de Salud, el de Educación y las diversas instancias que forman parte del manejo de situaciones como la que podría avecinarse.
Los españoles, los chinos, los estadounidenses, los italianos, los franceses no están locos cuando toman medidas drásticas para afrontar un virus que viene extendiéndose dejado una secuela importante de muertos a su paso.
Ojalá, oigamos de nuestros políticos un discurso objetivo sobre un tema que debe verse en lo técnico, en lo científico y en lo humano, más que desde las trincheras de las parcelas políticas que se disputan los espacios del Gobierno.
Necesitamos un Gobierno responsable y unos liderazgos políticos maduros, para encaminar medidas prácticas de caras a la realidad que vive el país con la penetración del coronavirus, sin que los datos se políticen para obtener ventajas que sean la salud de la población dominicana.