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sábado, 11 de julio de 2020

OPINIÓN: Diputado en el Paredón

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POR SANTO SALVADOR CUEVAS

Diputados por montones salieron de esta provincia a representarnos ante el Congreso Nacional. Los hubieron honorables, sinvergüenzas otros, y un poco tímidos los otros.

Desde la Era del Jefe, de 1930 a 1961, y desde el inicio de la Democracia con Juan Bosch, en 1962, hasta nuestros días. Pero en ningunos de ellos existe uno que haya sido más calumniado, vilipendiado, agredido, insultado y maltratado, como ha sido victima Rafael Cuevas.

No sé cuál ha sido su pecado para que se inquinen y "describan" o pinten un Rafael Cuevas que nadie conoce, ni en Tamayo, ni en ningún rincón del país.

El Rafael Cuevas que conocemos es un hombre libre, digno, honorable y ejemplar, con historia social y con un historial político basado en la entrega y el sacrificio.

Rafael no es un enganchado, tiene todo un historial junto a su pueblo y a su partido, nadie le ha regalado nada, su candidatura se la ganó legítimamente en una contienda abierta y reňida. Nadie le ha regado nada, que no sea el apoyo masivo de su gente que reconocen en él un digno representante de las bases.

Crearon un bloqueo dirigido por una cúpula que se cree dueña del PLD y a los que el pueblo derrotó a votazos limpios este 5 de Julio último.

No es obligado votar por la otra, quien no se prepara para perder o ganar, no debe envolverse en estos menesteres.

Todo el mundo sabe que el diputado se llama Rafael Cuevas, y con eso no hay vuelta atras, dado que en poder de la Junta Central Electoral descansan los más de 10 mil votos que le acreditan como el vencedor de estas elecciones.

Lo que buscan no es la Diputación, ellos saben que pertenece a Rafael Cuevas, entonces, de lo que se trata es de una mezquindad, de un acto de mala fe, dirigido únicamente a enlodar y empaňar la victoria y la imagen del nuevo diputado.

Están heridos, sangrados y derrotados por las bases del Partido, no perdonan, ni le van a perdonar jamás, porque esa es la naturaleza de esa pequeña burguesía, oportunista y trepadora, sin moral ni espíritu democrático.

El buen Demócrata admite su derrota, el buen Demócrata no calumnia, ni empaňa horas ajenas. Pero un hombre ético no altera boletas para robar elecciones, el hombre de férrea moral se garra la vestimenta detrás del deber, y marcha humilde y erguido aún en los momentos mas tristes de su vida.

No es obligado ser diputado, Ud perdió y lo supo desde que entregaron las Actas en los Colegios, por eso se declaró ganadora mucho antes de la hora, para sembrar la idea de que era la diputada ganadora.

Grupo de farsantes, esos que te asesoran y te usan como ficha de ajedrez.

No es justo que este precio de calumnia e irrespeto lo tenga que pagar un ciudadano tan solo por ganar la competencia por una diputación.

Pero, Rafael Cuevas es Rafael Cuevas, y no lo que pinte, diga o se invente el otro. Rafael sigue siendo ese hombre humilde, sereno, solidario y honorable, y templado en los hornos de Ortiz y Orelina.