La educación virtual es el futuro, pero no la panacea de los problemas que actualmente afronta el sistema educativo dominicano por la crisis del COVID-19, como tal nunca sustituirá a la presencial, ya que el hombre es un ser social por naturaleza.
Aunque la educación virtual ha avanzado mucho en los últimos años, reitero que nunca habrá nada que sustituya la enriquecedora experiencia de estar presente en un aula y socializar cara a cara con los demás alumnos y el maestro o facilitador.
En nuestro país hace mucho que las escuelas de alta gerencia y universidades imparten cursos virtuales, pero la presencial había sido el punto fuerte principal de estas. Ahora con la pandemia del COVID-19 muchas han tenidos que cerrar sus aulas y reinventarse, pensar fuera de la caja, apoyándose exclusivamente en la educación virtual para sobrevivir.
La situación que se le ha presentado es que la virtualidad ha sido una obligación circunstancial, no una opción que el alumno hayan decidido tomarla libremente, pero con un grave detalle: bajo un estado de emergencia y con medidas restringidas a los ciudadanos.
La educación virtual tiene potencial, pero ahora mismo para las escuelas y universidades los cursos y diplomados de alta gerencia se enfrentan a un grave binomio, que es confinamiento y la crisis económica.
Muchos ciudadanos están cansados de estar confinados en el hogar, porque la soledad no es su estilo, Por eso no nos resulta extraño ver porque cada día muchos jóvenes están desafiando las medidas del toque de queda en los barrios para juntarse y socializar cara a cara con los amigos y conocidos, en pocas palabras, buscan estar inmerso en el mundo real .
Este estado de cosa por la que atraviesa la nación afecta los programas de enseñanza virtual de las escuelas y universidades, ya que el confinamiento produce en algunas personas cierta sensación de soledad y por más que les interese aprender o actualizarse con un curso o diplomado virtual, acaban abandonando el programa.
A esta situación se le agrega la crisis económica sin precedente que vivimos, con miles de empresas privadas cerradas y otras funcionando a media, con poco personal.
Con más de 800 mil trabajadores suspendidos sin salario, cobrando solo las chilatas del programa FASE y con más de doscientos mil cancelados sin recibir sus prestaciones laborales, las escuelas o universidades que ofertan programas de capacitación de alta gerencia, se encuentran viviendo tiempos sombríos y de muchas incertidumbres, ya que las empresas privadas y el capital humano son sus principales sostén económico.
Algunas de las escuelas y universidades que están promoviendo por las redes sociales cursos virtuales de alta gerencia se han topado con una realidad: La mayoría de las empresas que han reanudados sus labores en esta “desescalada” económica y laboral” implementada por el gobierno, han suspendido los programas de capacitación para sus empleados no importando que sean virtuales o “in house”.
Muchas escuelas de alta gerencia de la República Dominicana siguen promoviendo los cursos y diplomados en las redes sociales, pero ahora virtual, solo para mantener la presencia, pero ninguna está “nadando en dinero”, la gente no se está inscribiendo como hace unos meses con las presenciales.
¿Saben ustedes por qué? Porque la mayoría de los empleados suspendidos o cancelados tampoco tienen dinero para pagar los costosos cursos y diplomado que ofertan esas escuelas y universidades. Pero los pocos trabajadores que tienen esa posibilidad de pagar esos cursos y diplomado, prefieren no hacerlo porque no saben si ese capital lo pueden necesitar para otras necesidades que se les presente mientras dure la crisis.
Sin lugar a dudas que son tiempos difíciles para las escuelas de alta gerencia y universidades, pero habrá luz al final del túnel.