Desde finales de 2009 venimos observando y analizando la figura del ingeniero José del Carmen Montero como unos de los principales “tejedores” del proyecto presidencial, “Luis Abinader Presidente”, quien este 16 de agosto asumió la Primera Magistratura del Estado y se convirtió en el presidente constitucional número 39, según registra la historia republicana.
Montero es el presidente provincial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), desde 2014, ha mantenido una extraordinaria fidelidad al lado de Abinader, sembrando esperanza con el trabajo tesonero que los llevó a lograr los triunfos en las elecciones del 15 de marzo y las generales del 5 de julio, se ha dedicado en “cuerpo y alma” a construir una sólida estructura partidaria en cada uno de los territorios de los once municipios y distritos municipales de la provincia de Barahona.
En diez años, Montero, ha sido coordinador insustituible del citado proyecto, según nos reseñaron fuentes fidedignas, ha sido el único coordinador de las 32 provincias del país que no ha sido removido de la posición por Luis Abinader durante una década, ya que se ha granjeado la confianza por su decencia, honestidad, formación humana, perseverancia y por su incomparable apetito de trabajo, incluso, cuando tuvo un corto ostracismo político por los efectos del coronavirus (COVID-19), a su salud, se mantuvo en cama como un “gladiador” batallando día y noche contra el temible virus por salir airoso de esa sala hospitalaria y retomar los trabajos de la organización política.
En 2009 cuando apenas empezaba a idearse, de manera endógena, la facción dentro del antiguo partido PRD el proyecto “Luis Presidente”, ya Montero compartía con estrechos vínculos de cercanía con el hoy presidente de los dominicanos, en esa ocasión, Luis, conjuntamente con el alto dirigente del PRD, José Rodríguez Soldevila y otras figuras de relieve, arribaron a su residencia de la prolongación Duarte y compartieron plácidamente.
No se puede solapar que en los 10 años Montero ha tenido serios tropiezos, quizás por fenómenos que se dan por costumbre o por naturaleza en los intestinos de los grupos políticos, pero por su olfato político, habilidad y destreza ha sabido buscarle la vuelta a los revés sin vacilación como un político añejo y consumado.
El magnánimo presidente del PRM en Barahona se ha ganado la confianza de Abinader y de los pobladores de los once municipios y distritos municipales por sus posiciones firmes y coherentes.
