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sábado, 2 de enero de 2021

Niegan que sea delincuente joven a quien incautaron armas en Barahona

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Por Wellington Martínez

Willin Pérez Caraballo fue apresado por las denuncias malsanas de un político de su comunidad a quien le negó apoyo, por lo que cumplió su promesa de “hundirle”

BARAHONA: Hoy con sorpresa encontré en las redes sociales la foto compartida como cabeza de éste artículo. A simple vista el joven en la foto «Wilin Pérez Caraballo» junto con herramientas de armamento luce como criminal, y es exactamente ese el objetivo de sus detractores, hacerlo lucir así.

Hace más de 50 años que una familia de personas de talla baja «enanos» del Distrito Municipal de Arroyo Dulce, Municipio de Enriquillo, Provincia Barahona, por tradición familiar generaron una gran destreza en reparación de armas de fuego, lo han venido haciendo como tradición y con una increíble habilidad y calidad. Personas de toda la región sur han desfilado por Arroyo Dulce a reparar sus armas, militares, policías, comerciantes, políticos y cazadores han desfilado por esa comunidad para hacer reparaciones.

Es importante señalar que el padre de Wilin era el reparador de armas que preferían los altos mandos militares de la zona, los cuales le llevaban trabajo y también lo recomendaban.

La comunidad de Arroyo Dulce junto con la familia de enanos tiene el potencial de funcionar como taller regional de reparación armamentística, pero eso sería en un estado que valore y acompañe a la gente y sus capacidades, un estado guía.

La desgracia de Wilin Pérez viene de dos razones, una de carácter socio económico y otra de carácter político. Aunque este joven estudiante de Ciencias Sociales de la UASD tiene las condiciones y conocimientos para tener un taller formal y con licencia para operar, en nuestro país esos permisos no son alcanzables para gente de escasos recursos, pues para obtener una licencia se necesita agotar una enorme fila de sobornos y estar bien pegado con altos mandos políticos y militares.

La segunda desgracia, la política, es que Wilin Pérez hace más de una año entró en contradicción con un político de su comunidad, al cual le negó el apoyo y ese político le prometió como castigo que lo hundiría en algún momento.

A simple vista el joven en la foto «Wilin Pérez Caraballo», junto con herramientas de armamento luce como criminal, y es exactamente ese el objetivo de sus detractores, hacerlo lucir así, a sabiendas de que no es verdad.

Hoy al ver en los medios de comunicación una nota de prensa de la policía nacional y la publicación de la noticia, vemos que aquél político cumplió con su amenaza y otra vez más se demuestra que estamos en un estado que criminaliza y no que guía.

Sin lugar a dudas que la condición social de Wilin Pérez lo llevó a operar su taller en forma no regulada, pero también es muy cierto, que ese joven no es un criminal, por el contrario, es un joven trabajador y que estudia y que espera la comprensión y colaboración de un gobierno que lo apoye y le ayude a formalizar su empresa.

En la nota de prensa de la policía se nota la perversa intención de criminalizar, pues en ningún momento mencionan que era un taller de reparación, tampoco mencionan que las armas que ponen en la foto eran chatarras irreparables. Retamos al Ministerio público y a la policía nacional a que investiguen en Arroyo Dulce el historial social y comunitario de este joven detenido. Wilin Pérez Caraballo no es un delincuente, es un joven estudiante y trabajador comunitario, que lo que más necesitaría es el apoyo del estado para formalizar su empresa y seguir dando a las autoridades el servicio que por más de 50 años su familia ha brindado a policías y militares.

A menudo sucede que damos la espalda a la gente que son víctimas de esas tramas, este joven estudiante necesita el apoyo del movimiento estudiantil y de profesionales del derecho de Barahona para que no quede sólo ante la trama.