Sea por descuido, imprudencia o inobservancia, pero hay un espacio de ese entorno para los bañistas que realmente es peligroso.
Pero el área de la playa en que la gente se ha bañado durante decenas de años, los fines de semana y durante el largo asueto santo, puede seguir habilitada con normas de control por parte del COE.
Los bateyeros tienen ese lugar para asistir allí a recrearse en las tardes, y esperan Semana Santa para la “juntadera” con familiares y amistades, mientras son muchos los que improvisan negocios de comidas de expendio al público para ganarse “unos chelitos”.
La medida debió ser prohibir el baño en el área de peligro, así como a niños, independientemente de que sus padres los lleven. Para eso está la Policía, Defensa Civil, el Ayuntamiento de Villa Central y las entidades sociales de ese distrito municipal, que pudieran contribuir a que se cumplan con los controles establecidos.
Lamentamos las dos muertes que se han producido en la playa El Cayo. Pero esa área para bañistas siempre ha existido por muchos años.
Con vigilancia, control y orientación se puede. Ojalá y la drástica medida de clausura se revise y permita a los bateyeros contar en Semana Santa con su especie de balneario.
