El pasado sábado anuncio con bombos y platillos que propondrá al país un gran acuerdo por el agua que garantice una inversión de 8,850 millones de dólares para procurar llevar agua potable a todos los hogares y, a tener ríos limpios.
Sobre este acuerdo, el gobernante explicó que supone gastar el 0.6% de PIB promedio anual a lo largo de los próximos 15 años, para lo cual adelantó que ya conversaron con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y han dado garantías de apoyo para su inicio inmediato.
Como se puede leer, mientras el gobierno continúa endeudando al país hasta los tuétanos, ahora para, supuestamente, buscar una solución al problema por la que atraviesan los dominicanos y dominicanas con la ausencia de agua para el consumo, permite que una empresa llamada Belfond Enterprise, destruya la principal fuente de producción de agua de la Región Enriquillo, que es el Bahoruco Oriental.
El mandatario vino a Barahona y nos rellenó a mentiras, diciendo que el puerto de aquí ha sido remozado para importar toda la producción agrícola de la zona, y para que por él arriben a la región cientos de turistas con la llegada de grandes cruceros.
Hoy en día, y contando con la anuencia de un gobierno que dice garantizará ríos limpios y agua para el consumo, la Belfond sigue destruyendo la madre de las aguas de la Región Enriquillo, el Bahoruco Oriental.
Esa contradicción del presidente Abinader, nos dice que su gobierno es una gestión empresarial que prioriza cualquier actividad de los empresarios nacionales e internacionales, ante los intereses legítimos del pueblo dominicano.
El gobierno que encabeza Luis Abinader, está llamado a rescindir cualquier contrato de explotación que haya firmado con la Belfond, para explotar al Bahoruco oriental, porque de lo contrario, a demás de contradecirse en su presunta intención de ofrecer agua a los dominicanos y dominicanas, la historia se encargará de juzgarlo de la manera que se merece.
