El arzobispo de Santo Domingo, Francisco Ozoria, pidió al Gobierno que se hagan los trabajos necesarios para no postergar la inoculación en los barrios marginados, donde la gente tiene menos posibilidades de higiene y distanciamiento social.
Mientras, el arzobispo de Santiago, Freddy Bretón, felicitó a los que ya se han vacunado e invitó a los que aún no lo han hecho a acercarse sin temor a los centros de vacunación «por amor a los demás».
Para el obispo electo de San Francisco de Macorís, Alfredo de la Cruz, aplicarse la vacuna debe ser un tema de «conciencia y responsabilidad», y calificó de «religiosidad de tiempos arcaicos» a los sectores religiosos que se oponen a la vacunación.
El obispo de La Altagracia, Jesús Castro Marte, indicó que vacunarse «representa un acto de amor hacia al prójimo y un deber ciudadano, por ello, seguimos motivando a la feligresía católica, así como a la población en general a inocularse y no prestar oídos a teorías que distorsionan el don de la vida humana».
Otro de los obispos que opinó sobre la vacunación en un documento enviado por la CED es el de La Vega, Antonio Camilo, quien consideró que una vez vacunada la población, «lograremos volver a lo que tanto deseamos, a darnos la mano, a un caluroso abrazo, a practicar la caridad con nuestros hermanos».
El país recibió este viernes el primer cargamento de vacunas anticovid de Pfizer, un lote de 228,150 dosis, que permitirán comenzar a inocular a los menores de edad a partir de los 12 años.
La vicepresidenta Raquel Peña adelantó que se usará este lote para retomar este sábado la aplicación de la primera dosis, proceso que se había suspendido el pasado miércoles por la falta de dosis.
Las vacunas de Pfizer se aplicarán este fin de semana a cualquier adulto y a los mayores de 12 años, tanto en la capital como en Santiago.
