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viernes, 18 de junio de 2021

Ven Leonel Fernández es el líder político que ha hecho mejor aprovechamiento de crisis económica y social provocada por Covid-19.

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Porque “es precisamente en medio de las crisis cuando los ciudadanos miran con expectativas inusitadas hacia los líderes políticos”, en primer lugar, los del gobierno y los que están en la oposición”.

. …” Y que, en política, las palabras son hechos, que tienen su propia densidad física y sus efectos pueden ser beneficiosos o catastróficos”.

NIEBA, Bahoruco.-La crisis económica y social provocada por el Covid-19 significa un enorme desafío para el liderazgo político, porque como advierten algunos tratadistas, “es precisamente en medio de las crisis, cuando los ciudadanos miran con expectativas inusitadas hacia los líderes políticos”, en primer lugar, los del gobierno y los que están en la oposición.

El planteamiento es del ex diputado y periodista Rafael Méndez, quien al caracterizar la coyuntura actual de la Republica Dominicana y del mundo, recoge lo establecido por analistas que la “consideran como la más grande catástrofe económica y social, después de la Segunda Guerra Mundial, y para los dominicanos, en más de 50 años de vida republicana”.

El pasado legislador por la Provincia Bahoruco, quien es además miembro de la Dirección Central de la Fuerza del Pueblo, citó al escritor y  político español  Nicolás Sartorius, quien advierte que “existe, sin duda, un hilo invisible entre las palabras y la movilización de las conciencias que puede originar pequeños o grandes cambios… y que en política, las palabras son hechos, que tienen su propia densidad física y sus efectos pueden ser beneficiosos o catastróficos”.

 Méndez dijo que el expresidente Leonel Fernández es el político que ha hecho el mejor aprovechamiento de la actual coyuntura, quien desde el primero momento entendió que no podía escurrir el bulto, y que el fuego de la pradera que había incendiado la pandemia del Covid-19, era un tremendo desafío para el liderazgo político”.

 De ahí que el líder de la FP también entendió  que “tenía el deber de enfrentar el fuego, y demostrar su capacidad, nivel de preparación y manejo asertivo, colocándose en el justo medio donde el momento histórico le había convocado”, al reconocer que  “estamos viviendo una situación sin precedentes en la historia de la República Dominicana, es una crisis sanitaria, es una crisis económica, es una crisis social, y para resolver esa crisis tiene que contar con la unidad del pueblo dominicano".

Tras los pasos de Leonel

Para el liderazgo opositor, incluyendo algunos de la Fuerza del Pueblo, en principio no entendieron que el ex presidente Leonel Fernández asumiera una línea de “oposición responsable, que en medio de una crisis apuesta a la gobernabilidad”, y más bien la consideraban colaboracionista y contemporizadora con el Gobierno, en medio de una de la más grande catástrofe económica y social, después de la Segunda Guerra Mundial, y para los dominicanos, en más de 50 años de vida republicana.

Pasado un buen tiempo, la oposición corrió tras el comportamiento frente a la crisis y frente al Gobierno que había marcado el ex presidente Fernández, quien fue reiterativo en su planteamiento de solución al gobierno y a la sociedad, sin temor a que le sindiquen como colaboracionista, y muchos que actuaban bajo la sombra del oficialismo con posiciones contemplativas, porque por encima de todo está el país.

A ojos vista está que el ex mandatario ha venido haciendo una oposición activa y al mismo tiempo constructiva, cuidando siempre la prudencia que obliga la coyuntura de crisis provocada por la pandemia, sin estridencias que pudieran provocar acciones de ingobernabilidad y formulando propuestas de alternativas de solución, muchas de las cuales han sido acogidas por el gobierno del presidente Luis Abinader.

Y aunque el presidente de la Fuerza del Pueblo no lo ha manifestado ni mucho menos sugerido, sus cuidadosos pronunciamientos parecerían que van acorde con no crearle más problema al gobierno del presidente Luis Abinader, porque más que suficiente tiene en las debilidades e incoherencias que presenta, a lo que se añade una delicada y exponencial espiral inflacionaria que podrían acarrear una gran crisis social y política en el país.