En la primera requisa realizada el 23 de junio fueron decomisados 329 artefactos, y en la requisa realizada el miércoles 28 de julio, 35 días después, volvieron a incautar 197 artefactos, de acuerdo a informes suministrados por la Regional Oeste de la Policía Nacional, que comanda el general de brigada doctor Mario Objío Morales.
Ambas requisas fueron dirigidas por los coroneles Willy Antonio Gil Acevedo, Fernando Mejía Díaz, y Rafael Reyes Bautista, los fiscales licenciados Dante Castillo, y Tomas Zayas de León, así como el licenciado Eduardo José Ramírez González, alcalde de la referida cárcel.
Parecería que esa cárcel sea propiedad de los reclusos y esté ausente la vigilancia de parte de la Procuraduría General de la República, la Dirección General de Prisiones y la Policía Nacional.
En las dos últimas requisas a la cárcel ubicada en la trifurcación Azua-San Juan-Barahona, lugar conocido como El 15 de Azua, han sido encontrados 132 celulares, 65 machetes y 5 cuchillos, modem para señales de Internet, un verifón, una caja de bluetooth, 25 forros para celulares, una batería recargable, 134 corta uñas, 2 pinzas de corte de uñas, un limpiador de cejas, 2 tijeras, 8 punzones, 52 encendedores, 19 jeringuillas, 21 cargadores de celulares, 30 cajas de fósforos, 2 balanzas, y 10 porciones de marihuana, entre otros.
Varios abogados de aquí y San Juan de la Maguana han advertido que si el presidente Luis Abinader Corona o la procuradora Miriam Germán Brito hubiesen dispuesto la cancelación y sometimiento a la justicia de los encargados de ese recinto “otro gallo estuviese cantando”.
La gran interrogante para quienes conocen el recinto carcelario es que si solamente tiene una sola puerta de acceso, por dónde se pudieron introducir tantos artefactos ilegales y peligrosos.
