Importa mucho saber que aquello que damos a las personas, lo recibimos con creces de la vida.
Afirma un sabio en la Biblia, que el que da al pobre a Jehova presta.
Nuestra humanidad se acrecienta cuando respondemos con solidaridad.
La respuesta solidaria de otros es la recompensa a lo que hacemos por los demás.
Cosechamos lo mismo que sembramos.
Es una ley maravillosa de la vida, que nos invita a ser mejores personas cada día, en lo humano y en lo pprofesional.
Me siento honrado de tener tantos amigos en mi Región y en el País; así como en el extranjero.
Mis amigos son joyas de un entrañable valor, ellos son aliados de mis metas y motivo de mi existencia.
Gracias a todos. Dios los cuide donde quiera que estén.