Barahona. – Fue muerto de un balazo en la cabeza a prima noche de este jueves un joven en el sector “Los Maestros” que dos jovencitas que estaban en la vivienda dijeron que Abel García Reyes, de unos 40 años, se había suicidado él mismo.
Sin embargo, el abogado Jhovanny Reyes Otaño, abordado por periodistas, dijo que no se trató de un suicidio, sino que, a García Reyes, lo asesinaron y luego intentaron a aparentar que él mismo se había quitado la vida.
Reyes Otaño, explicó, mediante fotografías tomadas en la vivienda que, al joven hijo de la pareja de profesores: Héctor García Féliz (Néstor) y Carmen Reyes, lo mataron previamente en una de las habitaciones.
Establece, además, que a coartada de quienes quitaron la vida al joven fue llevarlo al frente de la marquesina, pero olvidaron borrar las evidencias que indicaban que se trató de un asesinato y no de un posible suicidio como trataron de aparentar.
El abogado Reyes Otaño, quien, además, es tío del occiso, dijo que se observa sangre en una de las habitaciones, el pasillo de la vivienda cuando es sacado hacía la marquesina de la residencia y otras evidencias que sustentan su tesis de que se trató de un crimen, más no de un suicidio.
El togado, solicitó de las autoridades Policiales y del Ministerio Público abrir una investigación sobre este caso que enluta a una familia seria, honesta, así como trabajadora de esta ciudad que durante toda su vida ha estado aportando a la sociedad a través de la formación educativa.
Al lugar de la tragedia se presentó el padre del joven, Héctor García Féliz, quien se observaba un tanto lastimado por la pérdida, así como por la forma en que perdió la vida su hijo y quien no fue abordado por la prensa para conocer cuál era su versión sobre el evento violento que vincula a su vástago.
Asimismo, se presentaron miembros del Ministerio Público, de la Subdirección de Investigaciones Criminales (Dicrim) y de la policía regular, quienes procedieron, conjuntamente con el médico legista al levantamiento del cadáver, disponiendo posteriormente su traslado al Inacif, con sede en Azua, para fines de autopsia, mandatorio en estos casos de violencia.