Era una tarde fresca, el cielo parecía llorar, pero contuvo sus lágrimas, lo que yo no pude lograr.
Allí estábamos, en la escuela del barrio y en su iglesia Cristo Rey, donde mi padre aportó sudor a chorros para edificar y yo con otros niños jugábamos a ser hombres, obreros de la construcción del bien.
Se cumplía un mes de la partida de un ángel: Francisco Javier Olivero Heredia, que dedicó sus 35 años al bien, a estudiar logrando decenas de diplomas, cuyos picos más elevados fueron su licenciatura en derecho y su maestría en derecho internacional, inclinado al dominio de las lenguas, como siempre inclinó su rostro hacia Dios, ante el cual ya está presente para siempre.
Mientras el padre daba su sermón, yo trataba de cumplirle a Seurys mi promesa de agradecimiento.
Por qué Francis es como mi hijo?
En el año 1993, su madre Eva Luisa Heredia Méndez, murió en Santo Domingo, mi padre me había encargado mandarle o traer a Barahona su cuerpo, si fallecía y así lo hice, pasándola previamente en la ambulancia por la casa donde vivía en la capital para que la vieran mi esposa y mis hijos.
Papá decidió no tener otra pareja formal y levantó a Francis y dos hermanitos de padre y madre, ayudando yo en ese rol.
Mi papá enfermó del corazón y lo llevé a vivir conmigo para cuidar de él y Francis también se fue a vivir con nosotros, reforzándose mi rol de hermano padre.
En el año 2015, nuestro padre Abraham Olivero Medrano (ñoño), nos deja para ir a la presencia de Dios, por lo que tanto mi hermano Abraham como yo reforzamos el papel de padre hasta su partida a destiempo.
Por todas las cualidades de Francis, por el rol que jugamos y su partida a destiempo, es que duele más.