Al caer el gobierno morado en el 2020, el grueso de su dirección, y con ello casi todos los funcionarios públicos, quedaron anonadados y con “el moco pa’ bajo”.
Un manto de miedo generó el odio acumulado, la vengaza al rojo vivo y la satanización puesto en marcha por el nuevo gobierno contra todo lo que huela a PLD.
Nos colocaron contra la pared, usando la fuerza mediática y el desgano que genera “el estar abajo”, es decir, caímos a la defensiva política y casi todos los funcionarios al más alto nivel que dirigió el gobierno “estaban temerosos” y amaneciendo con ropa puesta, esto provocado por la carnicería política puesta en marcha por el gobierno del PRM.
En medio de la tormenta y la campaña persecutora, hubo un líder que no se rajó ni se amilanó, que se paró como un gallo y presentó resistencia en nombre de todos y por todos los morados, se llama Abel Martínez.
Fue esa entereza y coraje del señor Martínez, lo que devolvió la fe al PLD y reivindicó el pensamiento popular de que “no hay mal que dure 100 años”.
Es ese contexto, a partir de la bandera levantada por Abel Martínez, que el PLD se activa y se perfila camino a retomar el poder en el 2024.
Hoy contamos con valiosos y valiosas ofertas presidenciables dentro del PLD, con los que debemos apostar a la unidad partidaria, pero, siendo justo, quién se ha ganado mi voto interno, por su arrojo, su juventud y su visión, es el compañero Abel Martínez, quién dentro de dos años será el Presidente de la República Dominicana, y así poner fin a este infierno en qué estamos viviendo.
Con Abel Martínez, ganamos todos.
