Leer el título de esta entrega como articulista de opinión, parecería a primera vista ser una crítica o ataque a las entidades del gobierno que están a cargo de ordenar el tránsito vehicular dentro de la ciudad de Barahona, pero como dijo nuestro patriota, Juan Pablo Duarte, para ser feliz, primero necesitamos ser justos, y es la razón por la cual nuestro análisis se basa enfocado en que es un compromiso de todos palear esta problemática que a gran escala nos afecta.
Si bien es cierto que solucionar el desorden del tránsito que impacta de forma contraproducente las principales arterias comerciales de nuestra ciudad, es responsabilidad y descansa sobre los hombros de las autoridades edilicias de la Alcaldía del Municipio de Barahona, en coordinación con el INTRANT, la DIGESETT, sin dejar de lado la participación de asociaciones, sindicatos y empresas de transporte, no es menos cierto que se necesitará también de la prudencia y el sentido común de ciudadanos conductores para resolver este contratiempo que cada día se agrava más, entendemos que la solución debe ser un consenso colectivo de todos los sectores involucrados, que esperamos y aspiramos convivir en una ciudad en desarrollo, pero de manera sostenible.
Sin considerar la equivalencia en pérdida de tiempo y consumo de combustible, es un verdadero pandemónium estar inmerso en escenarios como los que se presentan a diario en las vías, como son las calles José Fco. Peña Gómez (antigua Uruguay), Apolinar Perdomo, 30 de Mayo, Luis E. Del Monte, Anacaona esq. Padre Billini, Av. Casandra Damirón (frente al Hospital Jaime Mota), el área circular del Arco de Triunfo; y que decir del tramo del malecón (Av. Enriquillo) los domingos y días feriados, a todos estos nocivos ambientes, se le suman los taponamientos provocados por los servicios ofrecidos por las unidades de la OMSA y de los camiones recolectores de basura, es un verdadero caos ante los ojos de visitantes que deciden escoger nuestra Perla del Sur como destino turístico, no podemos dejar pasar desapercibido la indiferencia mostrada por las autoridades, y el desinterés de ciudadanos y demás sectores que deben asumir el compromiso para la solución de este embolado social.
La problemática del tránsito en nuestra ciudad de Barahona, es un desenredo que nos compete a todos, entidades del gobierno, instituciones choferiles, pues de nada servirá trazar las pautas y ejecutar un plan para la organización del tránsito, señalización, conjuntamente con la creación de paradas de pasajeros, establecer sentido y organización en las vías, así como la restricción de áreas para el parqueo de vehículos, sin el compromiso de que choferes y ciudadanos común, eleven el nivel de prudencia y del sentido común, que nos permita coexistir a todos en el tiempo y el espacio ante un acelerado crecimiento del parque vehicular, claro todo esto, acompañado de un régimen de consecuencias por parte de las autoridades, para aquellos que no acepten el proceso de disciplina que nos garantice el sosiego y la concordia, de no ser así, jamás alcanzaremos un nivel de pueblo o ciudad civilizada a que aspiramos, y preparémonos para lo peor… ¡Una ciudad arrabalizada!
¡Hasta la próxima entrega!
El autor es gestor de empresas.