Salomón contó que fue a la frontera a tomar imágenes a propósito de los disturbios que sacuden a Haití. En ese momento, mientras filmaba la situación, observó una yipeta Cherokee rojo vino conducida por un dominicano que luego le pasó la llave a un haitiano, quien la cruzó por la frontera sin ser revisado.
Eso irritó al periodista que inquirió por qué esa yipeta atravesó la frontera sin ser revisada. Le preguntó a un guardia que dijo que no vio la yipeta, y otro guardia dijo lo mismo, y así sucesivamente. Supuestamente nadie sabía.
En ese momento, el mismo haitiano que cruzó con la yipeta se devolvió en una motocicleta y cruzó hacia el lado dominicano, mientras dos camiones también entraron por la frontera ante la mirada complaciente de los guardias fronterizos.
Como si fuera poco, en otra yipeta azul había unos cinco haitianos que estaban dentro como si nada estuviera pasando.
Entonces Salomón se disparó, enfurecido por semejante espectáculo de indiferencia y anomalía. Se quejó y se le identificó a un primer coronel de puesto en Aduanas.
Luego, otro coronel le salió al frente y le preguntó por su identidad, ya que Salomón no estaba identificado como periodista ni estaba en labores de su oficio.
Eso lo encabritó aún más, y le soltó palabrotas y se ‘lo comió’ diciéndole que él es de Pedernales, su provincia que le duele. Además, con el mismo tono le dijo que ya se le había identificado al primer coronel.
Cada vez más molesto, Salomón hacía gestos desafiantes y alzaba la voz, mientras el coronel sostenía un palo en sus manos y lo escuchaba con toda atención, mientras apenas le hablaba.
“La verdad es que en mi frontera, están haciendo diabluras”, comenta Salomón en un video que después publicó.
