Artículo publicado el 7 de noviembre de 2013
Cuenta el historiador Franklin Franco Pichardo en su texto Historia económica y financiera de la República Dominicana (1844-1962) que cuando la sociedad dominicana declaró su independencia, en febrero de 1844, en Europa y Norteamérica se registraba un avance arrollador de la Revolución industrial, a pesar de haberse iniciado en el siglo anterior.
La situación política de la época era inestable y conflictiva. En aquellos tiempos los países latinoamericanos se encontraban en plena conformación de sus Estados. En ese sentido, el primer texto constitucional de la región fue promulgado el 4 de abril de 1811 por la Asamblea de Cundinamarca, Colombia.
Según narra Frank Moya Pons en Colecciones dominicanas, tomo I, el primer esfuerzo escrito que antecedió la primera Constitución dominicana fue el “Manifiesto del 16 de enero” preparado por Tomás Bobadilla y los trinitarios. En dicho escrito enumeró una cantidad de agravios que la sociedad dominicana había recibido durante los veintidós años de dominación haitiana y por ende, hacía saber públicamente la intención de separarse de la parte oeste de la isla.
Situación política y militar de la época
El año 1844 fue marcado por guerras y estrategias políticas. La declaración de independencia del 27 de febrero de ese mismo año provocó cólera en las autoridades de Haití. El presidente haitiano Charles Hérard hizo un llamado a los dominicanos para que reconsiderarán su postura separatista, pero estos hicieron caso omiso. En consecuencia, el 10 de marzo de 1844 dispuso una ofensiva contra los planes de la parte del Este, lo que generó que los dominicanos trazaran estrategias a los fines de evitar una invasión ante las amenazas del presidente Hérard.
A partir de ese momento, la historia registra batallas consecutivas que sirvieron para afianzar la decisión de mantener la independencia. Las batallas del 19 y 30 de marzo de 1844 sirvieron como garantes de lo anterior y complicaron la situación haitiana, pues la autoridad de Hérard se fue debilitando hasta el punto de que prefirió abandonar su lucha en contra de los dominicanos y regresar a fortalecer su poder en Haití.
Enfrentamientos entre trinitarios y conservadores
Durante el proceso independentista de 1844 se registró un enfrentamiento entre los trinitarios y los conservadores, quienes se oponían al pensar de los primeros. Estas diferencias se tradujeron en enfrentamientos de orden político más que de otro tipo.
El 1 de marzo de 1844 fue creada la Junta Central Gubernativa como organismo colegiado para el ejercicio de los asuntos de Santo Domingo. Una de sus primeras disposiciones fue el regreso de Juan Pablo Duarte, quien se encontraba exiliado en Curazao desde julio de 1843.
Una vez Duarte arribó a Santo Domingo fue nombrado general de brigada, pero la visión militar del Patricio no fue compartida por Santana, lo que dio origen a la primera crisis política que agrietó de manera definitiva la alianza que existía entre trinitarios y conservadores. Bobadilla, quien presidía la Junta Central Gubernativa, se hizo acompañar por personalidades que compartían sus intereses conservadores, por lo que Duarte y sus compañeros no tuvieron espacio de decisión.
Posteriormente, el sector más radical de los trinitarios destituyó a todos los miembros de la Junta Central Gubernativa y colocó a Francisco del Rosario Sánchez como nuevo presidente. Sin embargo, luego de una fuerte oposición a las intenciones trinitarias, los conservadores se resistieron y desconocieron las manifestaciones que apoyaban a Duarte como el nuevo presidente de la República, cargo que declinó.
Promulgación de la primera Constitución dominicana
Pedro Santana y Tomás Bobadilla ocuparon la presidencia de la naciente república a raíz del manifiesto del 24 de julio de 1844. Entre otras cosas, este documento estipuló el cese en sus funciones de los generales de brigada Duarte y Mella y los declaró “traidores e infieles” a la Patria. Ambos fueron expatriados ese mismo año, con lo que los conservadores se enfrascaron en la organización del gobierno.
Los trabajos de diseño y estructuración del primer texto constitucional dominicano se iniciaron precisamente el día en que se firmó el manifiesto contra Duarte y Mella. En esa fecha, la Junta Central Gubernativa dispuso mediante decreto la convocatoria de las asambleas electorales para elegir a los diputados que conformarían una asamblea constituyente para la redacción de la Constitución. La elección fue realizada los días 29 y 30 de agosto.
La Asamblea Constituyente se reunió en San Cristóbal en los días finales de septiembre, donde estuvieron en sesión de trabajo permanente hasta el 6 de noviembre de 1844. Los diputados presentaron ante la Junta Central Gubernativa el proyecto de Constitución inspirado en los textos constitucionales de Haití y Norteamérica, en el que se le otorgó preeminencia al Poder Legislativo por encima del Ejecutivo.
Santana no se sintió satisfecho con el proyecto presentado e hizo saber su parecer. Sus razones tenían que ver con las limitaciones y el poco margen para la toma de decisiones del presidente de la República. Ante dichas críticas se generó un conflicto entre el Congreso y la Junta Gubernativa, lo que provocó una crisis política que fue resuelta con la inclusión del artículo 210, que invalidó las disposiciones democráticas del texto constitucional.
Art. 210. Durante la guerra actual y mientras no esté firmada la paz, el Presidente de la República puede libremente organizar el ejército y armada, movilizar las guardias nacionales y tomar todas las medidas que crea oportunas para la defensa y seguridad de la nación, pudiendo en consecuencia, dar todas las órdenes, providencias y decretos que convengan, sin estar sujeto a responsabilidad alguna.
Conclusión
La Constitución dominicana fue diseñada y votada en el transcurso de una difícil situación política impregnada de conflictos internos y externos. Sin lugar a dudas, su estructuración y organización respondió al interés de un grupo conservador que dominó en aquellos tiempos. El autoritarismo imperó en el texto, pese al espíritu de los legisladores, quienes tomaron disposiciones de dos de las más avanzadas legislaciones constitucionales que existían entonces: la de Estados Unidos (1789) y la de Haití (1816).
Al parecer, la inestabilidad política que vivió República Dominicana desde su independencia, dentro de que la fue gestada la primera Constitución dominicana, fue la puerta a las 39 modificaciones que ha recibido la Carta Magna de la nación: 17 en el siglo XIX, 20 en el siglo XX y dos en la primera década del siglo XXI.