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lunes, 28 de noviembre de 2022

¡El mismo truco no!

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Por Natanael Gutiérrez

La vida republicana de nuestro país se divide en un antes y un después del ajusticiamiento del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo en 1961. A partir de ese episodio histórico, encontramos la creación del liderazgo de las fuerzas políticas que han permanecido hasta estos años, las cuales presentan tres figuras determinantes en nuestra historia, que han sido, el profesor Juan Bosch, el Dr. Joaquín Balaguer y el Dr. José Francisco Peña Gómez.

Ellos sembraron los fundamentos de lo que son hoy los principales partidos políticos. ¿Cuál ha sido para mí el truco? La educación, sí, ella misma. Como la educación divide las clases sociales y da o quita oportunidades, hemos visto como una clase desposeída, trabajadora, pero fácil de “engañar”, ha decidido vender su voto en cada elección, pues en su momento uno de esos líderes se imaginó que “abriendo las arcas” del Estado y llevando dádivas iban a mejorar la calidad de vida de la gente y el tiempo ha demostrado que eso no era así.

A partir de ese proceso se sentaron las bases del clientelismo y de “los planes sociales”. Nadie, pero absolutamente nadie, puede apostar a traer un método distinto.

Hemos hundido y acabado con casi toda posibilidad de desarrollo, porque ya incluso muchos esperan el torneo electoral para hacer sus negocios. El mismo truco, con esa carita de “bueno y dadivoso”.

No creo que nadie esté opuesto a que existan planes sociales, imposible, es lo más apegado a tener amor al prójimo desde un punto de vista, el problema es usarlo en tiempos donde se busca manipular la intención del voto.

Sería utópico e irreal pensar que este sistema instaurado y afianzado durante décadas, y que a mi entender ha aniquilado casi toda posibilidad de que suban a las posiciones relevantes los mejores hombres y mujeres, sino cuentan con un “padrino”, ya sea del gobierno, el sector empresarial o algún sector de la ilegalidad que patrocine sus aspiraciones.

Por experiencia obtenida en los medios de comunicación radiales, se me hacía extraño que muy pocos candidatos y candidatas generaban propuestas en sus campañas, el tiempo me hizo entender el porqué, claro, nosotros los menos conocedores, muchas veces pensamos desde la parte romántica y lógica de lo que debería ser, ellos, sin embargo, parten de la lógica de que las elecciones son un mercado donde triunfa el que mayor poder de compra tenga, por eso las propuestas no le son necesarias.

Lo anterior trae a mi memoria dos momentos hasta ahora vividos, uno de ellos fue un comentario en una red social, una señora que decía: “Natanael no sabe de política”.

Quise responderle que, si los que saben de política han podido ayudar a que salgamos del atraso mental y el estancamiento en que hemos estado por más de cincuenta años en nuestra región.

Preferí callar, sí, porque saber de política en esa lógica es saber “mover las masas” es “resolverles”, nada más lejano de la verdad, pues para mí, saber de política debe implicar lograr que, a través del conocimiento y el ejercicio de ésta, puedan resolverse los problemas, pueda generarse bienestar colectivo y desarrollo.
No me atrevería a postular que, un político, ni siquiera un gobierno, tenga la capacidad de resolver todos los problemas existentes, más deja mucho que desear ver cómo economías que estaban totalmente fuera de competencia hace sesenta años, me refiero al caso específico de China.

Hoy es potencia mundial, quizás ellos puedan decir que saben un poco de política, y si vamos a revisar cuáles serían las bases que causaron esas transformaciones y quizás aparezca un plan de acción que no podía ser modificado por ningún gobierno, eso me recuerda las más de treinta veces en la vida republicana que hemos modificado la Constitución de nuestra República. Quizás ellos sí, nuestros gobernantes, saben política, y nada más horroroso que eso, si es así me declaro un desconocedor total de “la política”.

El otro escenario fue un pronunciamiento que hice hace unos años a un presidente de uno de los partidos principales del país, le dije: “no existen las condiciones para que los jóvenes honestos entren a la política, porque no existe un respeto a las leyes”, me dijo: “en política lo importante es ganar”, esos conceptos dejan claro que ya está instituido un sistema y que como dice el dicho “el más fuerte se come al más débil”.

Aun así, debemos mantener la fe de que mañana no sea así, que construyamos otra realidad, que mañana podamos ver perfiles distintos que no estén atraídos por ese sistema corrompido que solo ha demostrado ser una fábrica de pobreza. Es mejor mantener esa fe y trabajar por ella, decir como dijo Martin Luther King “yo tengo un sueño”.