En todo el territorio nacional, a lo largo y ancho de nuestro país, las asociaciones deportivas (béisbol, baloncesto, atletismo, lucha, karate, voleibol, bádminton, tenis, gimnasia, etc.) mantienen a una parte (minoritaria) de nuestros niños practicando los deportes que esas instituciones dirigen, siendo estas instituciones las principales formadoras de nuestros atletas de alto rendimiento y que luego nos representan, nacional e internacionalmente, en las competencias tales como: Juegos Nacionales de todas las índoles, competencias centro americanas, juegos panamericanos y en las olimpiadas.
No es secreto que el deporte escolar se ha convertido en una utopía, donde es ínfimo en algunas localidades y nulo en otras, cuyas causas principales son: la falta de instalaciones deportivas adecuadas, falta de disposición gubernamental visualizada en las instituciones correspondientes para dichos asuntos y por ultimo falta de personal calificado para entrenar a nuestros niños. Aquí se mezclan dos dependencias estatales, el INEFI y Ministerio de Deportes y recreación.
Con la nueva designación de Alberto Rodríguez en el Instituto Nacional de Educación Física (INEFI), a quien esperábamos sustituyera al actual ministro de deportes (pero no sucedió), debemos tener un compás de espera (no muy largo) para ver algunos resultados, ya que confiamos en la capacidad exhibida de este joven funcionario y por eso aguardaremos por sus ejecutorias.
Por otra parte, el ministerio de Deportes tiene ya dos años y tres meses con las mismas carencias a nivel nacional que encontraron a su llegada, (se han dedicado a pintar canchas y ya) por lo que basta ya de replicar que esos males fueron heredados del gobierno pasado o de las tantas mentiras hechas en promesas, que solo son palabras para dormir a un pueblo ingenuo que se llena de ilusión cuando las escucha.
Esta administración deportiva, dirigida por el faraón Ing. Francisco Camacho y sus lacayos, en la mayoría de las provincias del país, ha ido desde asquerosear atletas, hasta despedir a verdaderos técnicos entrenadores de las distintas disciplinas deportivas, para colocar familiares de los directores, encargados provinciales, regionales y otras personas ligadas al actual partido de gobierno, cuyo común denominador es la falta de conocimiento sobre la disciplina que deben enseñar, causando esto una baja en el rendimiento de nuestros atletas, que solo son salvadas por el empeño muchas veces no remunerado, de las asociaciones deportivas provinciales y municipales del país.
Las quejas y solicitudes de arreglo de las instalaciones deportivas en toda la República Dominicana, son constantes y tomadas por el ministro Camacho y sus funcionarios como un asunto de queja y ataque de sus adversarios políticos y que no es la realidad que estamos viviendo.
Solo hay que salir en cada pueblo, como por ejemplo el mío (Barahona), dónde en el mes de julio 2022 realizamos una serie de reportajes de cada una de las instalaciones deportivas del municipio y luego de ser publicados, salieron declaraciones de estos pseudogerentes, asegurando que se repararían en el menor tiempo posible y hasta dijeron que ya se estaba trabajando en ellas, cosa que es Falso; aquí estamos a la espera de que esas promesas se materialicen, que es nuestro único y real interés sobre este tema.
Luego de nuestros reportajes, otras personas de diferentes litorales del país, elevaron sus clamores, mostrando fotos y videos del deprimente estado de sus canchas, estadios de béisbol y softbol y expresado que en algunos distritos municipales nunca han tenido instalaciones deportivas adecuadas.
El presidente Luis Abinader debe escuchar la voz del pueblo y recordar que él no es solo el presidente de sus compañeros perremeistas, sino de TODOS los ciudadanos de la República Dominicana, por lo tanto, es su deber escucharnos y actuar en consonancia, en favor de su pueblo.
Cuando los ciudadanos nos empoderamos de las necesidades de nuestro entorno, lo hacemos pensando en el bien de la colectividad, no para criticar o desprestigiar al grupo político de turno o para agraciar a sus contrarios. El deber de todo funcionario público es el de servir al pueblo, sin importarle la afiliación política de este, porque de esta forma es como realmente avanzan y se desarrollan las naciones progresistas. El lema de “Servir al pueblo y por el pueblo” debe ser universal y no solo “servir a los míos y para los míos”.
Hasta una nueva entrega amigos.