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lunes, 12 de diciembre de 2022

“Si yo consiguiera una estufa y un tanquecito fuera bueno”, dice en su extrema pobreza agricultor mordido por cocodrilo.

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Por Faustino Reyes Díaz.

Villa Jaragua, Bahoruco: El agricultor Feliciano Santana, vive en condiciones paupérrimas obligado a buscar cualquier alternativa para llevar el sustento a su casa, aunque esto implique poner en riesgo su vida, como apeteció el martes pasado al sufrir los ataques de un cocodrilo cuando, a pesar de sus 75 años de edad, se lanzó a las aguas del Lago Enriquillo.

Santana, solo posee un pequeño conuco que resulta insuficiente para suplir la carga económica de su familia, la cual estaba lista para degustar, al menos, unas sabrosas tilapias del lago más grande de las Antillas, al verlo partir de su residencia del Barrio La Madre en este municipio.

“No fue que lo alcance a ver de lejos ni nada, llegó a morderme de repente y lo que me tocó fue vocear y el amigo Papi Méndez vino auxiliarme. Andaba en una yola y me sacó del agua”, refiere, a quien el cocodrilo arrancó parte de la pierna derecha enviándolo al Hospital San Bartolomé de Neyba, donde le dieron 50 puntos.

El 6 de noviembre, será una fecha importante como el día en que su madre trajo a Feliciano al mundo porque como dice el refrán: volvió a nacer, al escapar de las garras del animal que trató devorarlo.

Feliciano Santana, quien exhortó a utilizar la yola para introducirse al Lago Enriquillo, no se considera pescador profesional. “Yo no soy pescador de verdad, soy pescador de juego”.

Antes, su pasión fue poder comprar una yola para pescar. “Pero, ya no lo hago, aun la consiga no me meto ahí”, expreso Santana.

LA POBREZA DE FELICIANO.

Feliciano y la señora Horacia Polo Sierra, comparten la única habitación de su pequeña vivienda con sus 3 hijos, aunque prefieren otros espacios para descendientes.

“Si aparece una vivienda mejor que esta yo la quiero”, dijo la victima del cocodrilo, cuyo contacto para algún apoyo es 809-490-9966.

En un fogón con varias piedras en un parapete, cocer los alimentos. “Yo no tengo estufa, no tengo lavadora, apena tengo ese abaniquito y una neverita vieja”, dijo Polo Sierra.

“Yo soy quien le busco la leña a ella, pero, ya no puedo hacerlo. Si yo consiguiera una estufa y un tanquecito fuera bueno”, dijo el hombre atacado en el lago.

Angelina, promete apoyar sus padres Feliciano y Horacia, por eso, se inscribió en la UASD Subcentro Neyba, pero, necesita apoyo para sustentar los estudios.

“Me inscribí en la universidad en Neyba, voy estudiar orientación y pido que me apoyen con una beca”, dijo, la adolescente.