Corre como noticia nacional por radio y televisión el hecho ocurrido ayer en el campo santo de Tamayo.
Una familia se traslada desde Barahona hasta el cementerio de Tamayo, a llevar flores y su presencia a sus difuntos. Como si fuera una película de acción callejera, tres tipos armados y desalmados les encañonaron, amenazaron y le despojaron de todas sus pertenencias: Celulares, dinero y hasta la llave del vehículo le arrebataron.
Este es un caso recurrente de cada día en Tamayo, y se ve venir un fatal desenlace.
Cuando un agredido se resista, entonces, el delincuente que anda en pareja va a desenfundar y disparará a matar.
Es decir, el robo y los atracos están a la orden del día. Todo indica que aquí se vive en tierra de nadie, una ciudad sin ley y sin dolientes pues si algo brilla por su ausencia son las autoridades competentes.
Y esto no debe continuar.
Propongo acciones de inmediato que sirvan de señal a la delincuencia de que sus actos tienen consecuencias.
No se debe esperar que maten a un tamayero primero, para entonces lamentar y dar el pésame.
Yo tengo plan, y pido el apoyo del pueblo.