Sin tener raíces sureñas, porque no nació en Azua, Barahona o Pedernales, el presidente y líder dominicano Luis Abinader se ha convertido hoy en día, por mérito bien ganado, en el papá del Sur.
Si señores, esa realidad está abrazada y atestiguada por hechos concretos e irrefutables. Y en ese contexto, les citaré solo 4 trascedentes obras, anheladas y pujadas por décadas por la comunidad sureña, ignorada ignominiosamente por gobernantes nuestros de los últimos 30 años.
Aquí, les cito esas grandes 4 obras del presidente Abinader en beneficio de la región sur del país, una ya concluida e inaugurada hace poco más de una semana: me refiero a la circunvalación de Azua y las otras 3 en ciernes, pero avanzadas en firme, como la presa de Monte Grande, los dos primeros hoteles de Pedernales, que forman parte del desarrollo turístico integral, y a gran escala, de esa olvidada y pateada provincia fronteriza, y la cuarta la construcción del importantísimo hospital traumatológico del Sur .
A esas 4 obras de gran trascendencia para la vida, la salud, y el progreso sureño, debemos agregar los miles de viviendas reconstruidas y otras nuevas, la reparación de puentes, mini-carreteras, escuelas, acueductos, y el continuo respaldo financiero a muchos productores agropecuario y también las miles de pensiones solidarias.
Cierto es que aún faltan obras y otras acciones por ejecutar en esa región, pero tengan la seguridad, moradores del Sur, como la tengo yo, que el presidente Abinader, las realizará antes de concluir su segundo periodo gubernativo, en el 2028.
Todos los sureños conocen muy bien los tumbos que ha dado la Presa de Monte Grande durante más de 20 años. La inició otro gobernante y la concluirá este año la presente gestión del Partido Revolucionario Moderno (PRM). La misma suerte ha cosechado el muy cacareado desarrollo turístico de Bahía de las Águilas y otras áreas contiguas, en Pedernales, ahora si serán realidad.
Como vemos, el presidente Luis Abinader tiene el firme propósito de trabajar en beneficio del Sur, sacarlo del olvido y asentarlo, para siempre, en el trayecto del desarrollo y el bienestar colectivo.
Entonces, olvidemos, dejemos atrás y borremos de nuestra mente, a quienes no quisieron hacer lo suficiente, desde el gobierno, por esa región, o hicieron muy poco por ella, y acojamos y abracemos con amor de hijos agradecidos al padre realizador, el presidente Luis Abinader. No hay vuelta atrás.
El autor es periodista. Reside en Santo Domingo
