Hoy es uno de esos días en que no quisiéramos despertar o volver al día anterior. Son esos días cuando la desdicha y el dolor nos hacen ver la realidad de la vida y lo inexorable de la muerte, esa, la que nos negamos aceptar y entender, aún sea designios del Dios creador.
Sin dudas, naciste para hacer amigos, es que irradiabas paz y mansedumbre en todo lo que hacías , así, en quienes te tratamos y conocías.
Hoy no estas, nosotros como tantas veces sucede con seres queridos, adorados e inolvidables, llevaremos el dolor y la tristeza de tú ausencia.
Tristeza, que agarrados de la resignación, solo nos la puede dosificar, el saber que tuvimos en ti un ser único e irrepetible.
Hasta siempre adorado amigo, hasta siempre DAVID JACKSON, ve en paz, que nosotros con el alma afligida y el "corazón adolorido" trataremos de una u otra manera siempre tenerte presente.