El escritor Paul Auster dijo, “Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario ya no sería justicia”.
La cita no tiene desperdicios y me llega a la mente luego de ver un tuit del comunicador Jaime Rincón que se hizo viral en el día de ayer. El mismo decía, “La petición del Ministerio Público de variación de medida contra Ángel Lockward envía un mensaje nocivo a la sociedad. Eso indica que no hay una persecución real a la corrupción. Hay un favoritismo del Ministerio Público para solo perseguir a los políticos. La sociedad quiere a todos que paguen por sus acciones”.
Ambos pronunciamientos demuestran la razón por la cual son pocos los que todavía creen en la llamada “independencia” del órgano judicial encabezado por la procuradora Miriam Germán.
Asimismo, ciertos aspectos podrían mostrarse tendenciosos, como el afán del Ministerio Publico por las condenas previas con una prisión preventiva de 18 meses. Pero, cambia a prisión domiciliaria tan pronto los imputados deciden “colaborar” con el Ministerio Público.
Una colaboración que deja entender que solo buscan condenar a los imputados Gonzalo Castillo, José Ramón Peralta y Donald Guerrero.
Todo parece indicar que los magistrados ya han perdido la capacidad para aparentar llevar una lucha total contra la corrupción y se están dejando ver de todas formas, menos “independientes”.
