Las presentes y futuras generaciones lo reconocerían, independientemente de alegatos de vulnerabilidad de derechos que se pudiera afectar, pero la educación dominicana, como dijo alguien, “no puede seguir quemada”.
TAMAYO, Bahoruco.-El ex diputado Rafael Méndez valoró que la indignante, irresponsable y penosa realidad objetiva por la que atraviesa la educación pública pre-universitaria amerita con una declaratoria de emergencia o de calamidad pública, con la que deberían comprometerse todos los sectores de la sociedad, “porque la educación dominicana no puede seguir quemada”
“Esa seria loable y atinada decisión pensada en función de las próximas generaciones, una acción valiente y patriótica que un gobierno se atreviera a tomar, independientemente de los alegatos de vulnerabilidad de derechos que se pudieran alegar, y aunque de momento pudiera mella su popularidad”, apuntó.
Méndez, es presidente de la Fundación Padrino de las Escuelas de Bahoruco, una entidad no gubernamental que desde hace más de 20 años viene haciendo significativos aportes a la educación en todos las áreas y niveles, al deporte y a la recreación sana, lo que le ha merecido el reconocimiento de la sociedad bahoruquense.
“Al estar inmerso y pendiente de los procesos del quehacer del sector educativo, nos encontramos con situaciones tan alarmantes que nos provocan confusión y desconcierto, y un profundo dejo de impotencia que derrumba el optimismo…quedando la silente exclamación de impotencia…esto se j…”.
Si un botón no sirviera de muestra
Le entrego un libro a una niña de 14 años, que cursa el octavo, ahora llamado segundo grado de secundaria, en la portada tiene la imagen de Duarte, y el título “Duarte, Un liderazgo ético”, y le pregunto quién es la figura que está en la portada. No tenía ni la más remota idea. Mucho menos quien había sido el padre de la patria.
El nombre de Duarte lo pronunció varias veces como “durante”, y después de mucho machacar, unos cinco minutos después, logró leerlo correctamente, pero nunca supo leer, y mucho menos entender, “liderazgo ético”, y hubiera sido demasiado pedirle que imagine que sugiere el contenido del libro por el título. Igual frustración con un oro “librito” para adolescentes que le entregué.
Si esa botón es un muestra de la realidad, me resisto a creerlo, aunque estoy más que consciente que ese es el tétrico y alarmante panorama de nuestro sistema educativo.
Así andamos en lo que todo el mundo coincide como verdad de perogrullo, que es la base de desarrollo y progreso de países, de las personales como individualidades y de las familias, como base fundamental de la sociedad, pero no avanzamos “porque la educación dominicana esta quemada”.