Así es, si los Lakers acabaron venciendo 104-101 y poniéndose 3-1 arriba en la serie, fue por los 15 puntos que el susodicho héroe firmó en el último periodo cuando hasta entonces estaba en cero. Tan tremendo como cierto.
Hay gente que dice que a los Lakers se les está poniendo cara de campeones, y con lo vivido anoche más de un dudoso habrá quedado convencido. En el choque más duro de la eliminatoria (dos de los otros tres fueron palizas), los chicos de Darvin Ham resistieron y no les tembló el pulsó al entender que era el partido de un chico de 24 años que hasta hace poco contaba casi nada.
Aunque los Warriors dominaron en el marcador casi toda la segunda parte y la necesidad invitaba a darle el balón a las estrellas, Lonnie Walker IV se ganó el derecho a tener esos tiros a base de canastas, y no hablamos de bandejas, sino de acciones en las que ni estando defendido a conciencia era capaz de pararle Golden State. Fue el Factor X de la noche, un toque de épica irracional que coloca a los de oro y púrpura en la lanzadera para alcanzar las finales de la Conferencia Oeste.
«Es el sentimiento más grande que puedas imaginar. Cuando era niño, esto es algo con lo que siempre soñaba», comentaba tras el partido Walker IV con una sonrisa. Y no, no es un sueño, pero sí Hollywood, donde todo se puede hacer realidad. He aquí la prueba.
La actuación de Walker IV, quien lleva más puntos en los últimos partidos (27) que en el resto de los playoffs (23), fue el punto y final a un encuentros en el que los Lakers resistieron hasta dar el golpe de gracia en los últimos instantes.
LeBron James se fue a los 27 puntos, Anthony Davis logró un doble-doble de 23 puntos y 15 rebotes y Austin Reaves alcanzó los 21. En conjunto acabaron marcando la diferencia, ya que en Golden State costó bastante más encontrar un segunda espada.
