Contrario a lo que olvidan los Vinchos, la historia registra, y la República Dominicana no es una excepción, la concertación de las más inverosímiles alianzas que se han producido para actuar en los escenarios políticos y en los más cruentos enfrentamientos militares.
POR RAFAEL MENDEZ
No obstante las teorizaciones y advertencias del vinchismo, lo que se observa a lo interno del peledeísmo es que, no avenirse a formar parte de ese frente opositor, las expectativas y esperanzas podrían devenir en grandes malestares, frustración y desánimo en las filas del partido morado.
En ese sentido, muchos entienden que ese malestar, frustración y desánimo en la “casa vieja” podría contagiar a la dirigencia media y de base de la Fuerza del Pueblo, por lo que descartan que pudiera producir una estrepitosa caída en el anónimo y entusiasmo de los verdes y los morados.
Pero los Vinchos olvidan que la historia registra, y la República Dominicana no es una excepción, sobre las alianzas más inverisímiles que se han producido para actuar en los escenarios político y militar, cuando las circunstancias coyunturales imponen asumir una táctica coincidente en unos casos, y en otros, porque permita aunar fuerza para garantizar la derrotar a un adversario común.
De ahí que lo peor que le puede pasar a un político -lo que también vale para a una o varias formaciones políticas- es que, pudiendo producir una articulación “ganar-ganar”, desechen esa oportunidad y se coloque “sobre el filo de la navaja”, en una peligrosa y débil posición que de antemano le advierte que todos que podrían estar arrastrándose al indeseable “perder-perder”.
Y es que las alianzas no solamente se articulan por el hecho de que el adversario se pudiera advertirse como más fuerte frente a las individualidades, sino que también se formalizan por hacer coincidir una conjunción de fuerzas que impregnen seguridad y confianza de que “vamos comino a una segura victoria”.
Al mismo tiempo, se hace más creíble frente al electorado, la propuesta de conformación de un gobierno de mayoría, con la participación de los disímiles actores que participan de ese frente opositor.
Sube la efervescencia
Muchos lo valoran como probabilidad, otros entienden que se impondrá como obligatoriedad, en tanto otros la califican como una necesidad, y desde luego no falta quienes la expresen por el deseo de propiciar un ambiente que provoque un acercamiento entre el Partido de la Liberación Dominicana y la Fuerza del Pueblo, junto a una conjunción de fuerza que conformarían un gran frente opositor.
El debate que provoca más atención es el las elecciones municipales que se efectuarán dentro de un año, en cuyo certamen las formaciones políticas que lideran Danilo Medina y Leonel Fernández, junto al frente opositor, deberían liderar algún tipo de entendimiento, y de esa manera generar una situación que por igual pudiera viabilizaría una participación airosa para ambos formaciones políticas.
El tema congresual llama también la atención, que al igual que el municipal, cuenta con diferentes vertientes que permiten un acercamiento en por lo menos un nivel, pero que frente al electorado opositor significar un gran alimento espiritual que le ayudaría a elevar sus niveles de subjetividad, en tanto en la fórmula presidencial, se descarta toda posibilidad de algún nivel de entendimiento.